martes, 19 de agosto de 2008

Tercermundista

Hola a todos, por fin vuelvo a poder escribir, aunque hasta septiembre no podré volver a subirlo a diario.

Antes de explicar mis peripecias, agradecer a los que me habéis llamado por teléfono o me habéis preguntado por sms el motivo de una ausencia tan larga en el blog.

El último día en que escribí, fue el jueves 7 de agosto, ese día me llevaron a Vallirana. Ya sabéis que yo ya sabía que iba a una LLAR DE AVIS, una RESIDENCIA DE ANCIANOS, lo que no sabía era que iba a una residencia digamos “tercermundista”, pero mejor detallo:

*Camas no articuladas.
He puesto camas, pero tenía que poner camastros, porque es lo que son. Estrechas y cortas. Teníais que ver como tenía que dormir el compañero de habitación que era corpulento, pero estaba dentro de las medidas normales. Tampoco había barandas, aunque el segundo día que pasé allí, me pusieron unas provisionales ya que la primera noche me la pase dormitando en una silla. Silla, no butaca. El motivo de dormitar en la silla, era que dada la estrechez de la cama y que no había barandas para ayudarme al giro, hubiese tenido que impulsarme en la pared y habría terminado en el suelo.

*Camillas que no caben en el ascensor.
Cuando llegué, al hacerlo en camilla, tuvieron que bajarme y ponerme en una silla de ruedas. Siendo allí todo ancianos, no quiero imaginarme ante una urgencia, que harían y como bajarían a una persona en estado de gravedad.

*Carencia de aire acondicionado.
La noche que pasé en la silla fue asfixiante dado que no corría el más mínimo soplo de aire y aún a pesar de tener la ventana abierta, el calor fue insufrible. Por suerte la segunda y última noche que pasé en el “tercermundismo”, si corrió aire. Al estar en medio de una urbanización, los mosquitos eran “okupas”, no solo de mi habitación si no también de mi cuerpo, ya que salí bastante acribillado por ellos. De todos es sabido que los ancianos y el calor nunca deben ir asociados, pues en la residencia que nos ocupa, van de la mano.

*Carencia de sillas para vater y ducha.
En todo centro que he estado ya sabéis lo de la mencionada silla, pues en esa residencia ni una había y desde luego que había bastantes ancianos sin movilidad.

*Las sillas de ruedas no entran en el baño de la habitación.
Al no haber silla para vater y ducha, intentaron pasarme con la silla de ruedas al cuarto de baño, pero fue imposible ya que no cabía por la puerta. Por lo tanto tuvieron que pasarme a pulso a una silla de plástico que había en el interior del cuarto de baño, silla tipo terraza, no silla para vater. Y de esa silla, a pulso me sentaron en el vater. Luego a la inversa para ducharme sentado en esa silla, aunque sin posibilidad de lavarme el trasero ya que no es de baño la silla.

*La silla de plástico que había dentro del baño no pasaba tampoco por la puerta.
Por lo tanto otra vez pasarme a peso desde esa silla a la de ruedas.

*Carencia de motos y grúas.
Ya sabéis que en Sant Jordi me pasaban con la moto, pues aquí eso es imposible ya que no existen.

*Rampas para acceder al comedor y otras estancias, donde uno no puede maniobrar.
Para subir por ejemplo al comedor, hay una rampa tan pronunciada que es imposible uno solo subirla con la silla, necesitas que te empujen. Por lo tanto para bajar, sería un descenso de trial.

*Imposibilidad de agua embotellada.
Pues eso, no se puede comprar porque no hay máquina. Del grifo puedes beber, por supuesto.

No me extenderé comentando sobre:
*La comida.
*Imposibilidad desde la silla, de usar el timbre.
*Que sea una fundación.
*Restos en la pared al lado de la cabecera de la cama de manchas probablemente de sangre.

Si quiero destacar y muy positivamente, el esfuerzo que realiza el personal. También el reconocimiento desde el primer momento por parte de responsables de la residencia, que no era un lugar apropiado para mí.

Mañana seguiré.

1 comentario:

annie dijo...

Toniiiiiiiiiii
He leido tu Blog
SIN COMENTARIOS...............
Annie