miércoles, 1 de octubre de 2008

No me olvido de las buenas personas

El 20 de agosto escribía yo:

Como sabéis, en este blog nunca he puesto el nombre de nadie. Ahora que voy a tener mucho contacto con estamentos varios y me daré de morros con ellos más de una vez y tendré mil pataletas, pues esto se acabó. Seré implacable. Mi salud y mi recuperación lo merecen y requieren ¿no?

El 15 de septiembre también escribía en éstas páginas:

Como ahora voy a tener mucho contacto con instituciones, servicios sociales, etc. adelanto que dejaré de no mencionar nombres, más que nada por el tema de que hay funcionarios que se creen los amos. Y recuerdo que están para ayudar al ciudadano, no al revés.

Estos dos recordatorios vienen a colación, de que la Asistenta Social, Sra. Alicia, del Centro de Servicios Sociales del Barrio de Guinardó de Barcelona, que es donde pertenezco, pidió que hoy fuese mi madre a verla. Dos puntualizaciones antes de seguir con la historia:

Primera puntualización: El citado centro está a una distancia de 4 ó 5 paradas de bus y luego hay que caminar unos 100 metros por un camino con un fuerte desnivel.

Segunda: Mi madre es nacida en 1923, por tanto tiene 85 años.

Pues bien, la citada Sra. Alicia, llamó a mi madre hace unos días para pedirle que fuese y ella le dijo que se le hacía muy pesado ir hasta allí y que además tenía dolor en un pie. La Sra. Alicia le dijo que hiciese un esfuerzo y claro, ya sabemos que mucha gente mayor ante “funcionarios” no saben negarse. En ningún momento la Asistenta Social le dijo de desplazarse ella a casa. Hoy era el día que tenía que ir mi madre y no tenía muchas ganas; ya que también está un poco resfriada, con lo que no se encontraba bien del todo.. Por no querer “molestar” mi madre a la Asistenta Social, estaba dispuesta a ir, pero al final la he convencido y he llamado para decir que no podía ir.

Quiero recalcar que en ningún momento la Asistenta Social le dijo de desplazarse ella a casa y que encima le dijo que hiciese un esfuerzo. A una señora de 85 años.

Desayuno:
-Chocolate a la taza.
-Pan.

-Comida:
-Tallarines al burro.
-Plátano.
-Pan.
-Café con leche.

Merienda:
-Helado de chocolate.

Mañana el médico de cabecera tendrá ya los resultados de la analítica que me hicieron y veré como va lo de la falta de hierro.

El resfriado que arrastraba se pasó casi del todo con la cama que guarde el fin de semana. Tengo que reconocer que este primer resfriado desde que soy ex-fumador, ha sido más corto que los que padecía cuando fumaba.

La mano izquierda ya casi la tengo igual que cuando su mejor época en el Pere Virgili. Por cierto, besos y saludos a la terapeuta. No me olvido de las buenas personas.

En principio y si no surge nada, este sábado vendrán para ver que le pasa al ordenador que se me estropeo hace días.

Me despido por hoy, escribiendo antes lo que voy a cenar a las nueve de la noche.

Cena:
-Hamburguesa plancha.
-Pan.
-Café con leche.

Hasta mañana.

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