lunes, 25 de febrero de 2008

Avances

Volviendo al tema de ayer, de insistir en unos movimientos y en no dejar de hacer otros, quiero comentar lo siguiente: Hasta que entré en el primer hospital (San Rafael) en mi cama, yo para girarme hacia un lado y hacia otro, lo hacía como todo el mundo, girando el tronco y ayudándome un poco de piernas y brazos. Pues bien, desde que ando en hospitales, me apoyo en las barandas de la cama, con lo cual hago menos fuerza, por lo tanto otra cosa a evitar, el cogerme de las barandas.

Otra cosa que he recuperado es la facilidad para usar el teléfono móvil, sobre todo el tema de escribir sms, ya que hace dos años no podía y ahora puedo otra vez, aunque no sé explicar el porqué.

Quiero comentar que la limpieza de las habitaciones es mejor aquí en Pere Virgili que en Vall d’Hebron. Cuando un paciente se va, se limpia a fondo la cama, la mesita, la otra mesita (la de tres ruedas) y el armario. En Vall d’Hebron lo hacía un hombre y sólo con un simple trapo mojado en no sé qué y tardaba cinco minutos en todo (así quedaba). Aquí en cambio, en Pere Virgili, dos chicas bien a fondo, pero bien, bien, y estuvieron quince minutos más o menos. No todo es malo ni “raro” en este hospital.

Con lo que sí me pondré serio un día es hablando extensamente de la falta de personal, porque es sencillamente escandaloso el tema. Pero eso será otro día, y también hablaré de los míseros salarios, míseros de verdad.

Hoy la terapia ocupacional ha sido bastante cansada, ya que se trataba de llevar al límite a la mano izquierda, hasta que llegaba un momento que se agarrotaba y no había manera de abrir la mano. Ya tengo nuevo compañero de habitación. He pasado un par de noches durmiendo casi del tirón. Veremos ahora qué tal va todo.

Pues por hoy nada más. Ahora a hacer crucigramas hasta la hora en que me acueste. Hasta mañana.

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