miércoles, 27 de febrero de 2008

La sonda de mi compañero

Hoy comienzo a escribir antes, pero quiero comentar primero que todo lo que narro en este blog es absolutamente cierto. Explico esto porque parece imposible que sucedan tantas cosas “raras”, pero de verdad que todo es absolutamente cierto.

Estaba esta mañana duchándome y sonó como un ¡plof!, y por el sumidero del cuarto de baño empezó a salir agua y agua mezclada con mierda y toda la habitación se inundó y llegó el agua hasta el pasillo. Todo el personal de la planta se puso a poner sábanas por el pasillo y por el suelo de la habitación para ir absorbiendo el agua. Según parece estaba embozado.

Ahora que son las cinco de la tarde está mi vecino de habitación esperando una ambulancia para que lo trasladen al hospital de la Vall d’Hebron para que le vuelvan a poner una sonda urinaria que se le ha salido. No es de las normales que se ponen por el pene, por ello lo llevan de un hospital de “segunda” a uno de “primera”.

No deja de ser surrealista que en un hospital donde un porcentaje muy alto de pacientes llevan sonda, no haya médicos ni lo que sea preciso para hacerlo. Se supone que a la hora de la cena ya estará aquí, luego seguiré contando.

Ocho de la noche. Han venido unos familiares del compañero de habitación y me han contado que cuando iban a subirlo a la ambulancia para traerlo de vuelta, le ha dado una arritmia y le han hecho un electro y una analítica, y parece que ha sido de los nervios ya que la sonda se la han vuelto a poner sin anestesia, ni tan siquiera local, total, que lo quieren tener un poco en observación. Yo no creo que lo traigan ya hoy, pero nunca se sabe.

Yo por mi parte, hoy con mi hora de terapia para las manos y mis dos horitas de gimnasio. Bastante bien todo. Pues ahora me voy a poner a hacer unos crucigramas hasta las nueve o nueve y media que me meten en la cama.

Por lo tanto, hasta mañana, que será otro día.

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