sábado, 29 de marzo de 2008

Por favor y gracias

Ahora mismo a la vez que escribo, oigo música, concretamente Ana Torroja. Mi compi de habitación está haciendo la siesta ya que hemos acabado de comer hace poco; ya me gustaría a mí hacerla también, pero aunque sea una cabezada en la butaca no hay manera.

Ayer la terapeuta me dio unos conos para ir haciendo ejercicios este fin de semana y me voy a poner dejando esto “abierto” para así ir escribiendo a lo largo de la tarde.

Quisiera comentar ahora unas cuestiones en relación a la frase por favor y a la palabra gracias. De entrada quiero decir que casi todos los enfermos dependientes que conozco, son bastante amables y agradecidos, por ello la frase por favor y la palabra gracias están muy en primera línea en nuestro vocabulario. Hay que pensar que dependemos casi para todo de otras personas, por ello el por favor casi siempre por delante. Por favor, ¿puedes cogerme el bolígrafo? que se me ha caído. Y cuando te lo recogen damos las gracias. Por nuestra condición vivimos circunstancias similares docenas de veces al día. Docenas de veces con el por favor y las gracias, docenas de veces pidiendo ayuda y agradeciendo esa ayuda recibida, docenas de veces pidiendo favores y agradeciéndolos. Y no digamos los pobres enfermos que no controlan el pis y los esfínteres, la cantidad de veces que a parte del por favor y gracias, tienen además la palabra perdón casi siempre en la boca. Lo mismo que en casa casi nadie está todo el día con el por favor y las gracias y con los amigos tampoco siempre. Por ello si alguna vez omitimos el por favor o las gracias no es por prepotencia, desdén, chulería ni nada similar, simplemente porque al cabo del día lo decimos tantas veces que alguna se nos puede pasar. O bien porque a la persona que nos dirigimos es considerada por nosotros una persona amiga. De todos modos el hecho de no ser autosuficiente físicamente te hace estar siempre muy cerca del precipicio psicológico, un precipicio al que si caes te puede llevar a una depresión muy profunda. Y aunque no pueda parecer así, pequeñas cosas pueden ir acercando a una persona débil de carácter al borde de ese precipicio. Por ello las personas que conviven, trabajan o ayudan a personas dependientes que tengan muy en cuenta todo ello.

Nada más por este sábado, mañana domingo más.

No hay comentarios: