miércoles, 26 de agosto de 2009

Conversaciones

Ayer, cerca de las siete de la tarde, me llamaron de la empresa de los trabajadores familiares. Reproduzco la conversación:

Ellos: ¿El Sr. Antonio Feliu?
Yo: Si, soy yo.
Ellos: Hola, te llamo de Clece, para comunicarte que mañana por la mañana, te vendrá XXXXXX en sustitución del chico de siempre.
Yo: ¿Y a qué hora vendrá?
Ellos: Sobre las 11 y media.
Yo: Si siempre vienen a las nueve.
Ellos: No tengo a nadie para enviártela a esa hora.
Yo: Pues muy mal, porque estoy acostumbrado a ir al baño a primera hora, y claro...
Ellos: Pues no puede ser.
Yo: El trabajador familiar, viene a las nueve. La chica que viene los fines de semana, también a las nueve...
Ellos: Ya, pero no tengo nadie disponible para esa hora.
Yo: Pues no lo entiendo, porque yo tengo firmado con los SERVICIOS SOCIALES DEL AYUNTAMIENTO, que los trabajadores sociales, vendrían a las nueve de la mañana.
Ellos: ... Bueno... voy a mirar y luego te llamo.

Y "OH sorpresa", me llaman un cuarto de hora después, diciendo que a las nueve vendría una trabajadora. Está visto que fue mencionar lo firmado, y... fuera problemas.

A medida que iba escribiendo ésto, me acuerdo de una conversación memorable, que tuvo la hija de un enfermo y una auxiliar, en el segundo centro sanitario donde estuve ingresado. Conversación que transcribí, tipo sainete. Os recomiendo clicar y leerla.

Para aquellos que siguen mis preferencias en cuanto a series televisivas, ésta es la que voy bajando ahora.

Ésta vez si han acertado con los potingues para combatir el eccema. Y cada vez, tengo que hacerme menos aplicaciones de ellos.

Bueno, subo esto ya. Mañana más.

1 comentario:

Unknown dijo...

Podría hacer extensiva esta falta de responsabilidad moral a los neurólogos preocupados por su currículum y los visitadores médicos, a las farmacéuticas para las cuales somos un número en la estadística de sus futuros ingresos…, pero no me preocuparé por gente que está más enferma que yo y ni siquiera lo sabe.
Seguiré en mi camino de advertir a quien esté interesado en mi punto de vista.
Admiro a quienes, sea cual sea su circunstancia, no olvidan la generosidad.