miércoles, 20 de febrero de 2008

La junta de la goma de la ducha

Hoy hace tres meses que comencé mi periplo hospitalario, también hace tres meses que aprovechando la coyuntura dejé de fumar. Fumaba dos paquetes diarios y no me ha costado nada el dejarlo. Ni ansiedad, ni mal humor, nada de nada. Es quizás de la cosa que estoy más orgulloso de mi vida. Y sinceramente, antes pensaba que no conseguiría dejarlo.

Retomando el tema de ayer de mi compañero de habitación, comentar que ha entrado en una fase de sedación y ya… Bueno, a esperar.

Ahora os voy a comentar dos anécdotas de esas absurdas que suceden en este hospital. A los que leíais Pepe Gotera y Otilio, os sonará. Voy con la primera.

En el cuarto de baño de mi habitación, hace una semana, la ducha tenía un escape por una junta del teléfono. Pues bien, llamaron a Mantenimiento y esa misma tarde vino un técnico que no “veía” el escape. Le tuve que decir que abriese más el grifo y entonces lo “vio”. Dijo que la pieza que había que cambiar (junta de goma) era la única que tenían, que la pedirían y ya vendrían a cambiarla. Este fin de semana se fue agrandando la fuga y ya salía más agua por la fuga que por los agujeritos. Ayer se volvió a llamar a los de Mantenimiento y “oh, solución”, hoy han puesto cinta tipo aislante para tapar las fugas, y hoy ha vuelto a venir otro de Mantenimiento y cuando ya pensaba que lo venía a cambiar, dice: “Vengo a ver qué pasa con la ducha”. Entra en el cuarto de baño, sale, y dice: “Hay que cambiarla. Ya vendremos”. Ahora a ver cuándo vienen.

Y la segunda anécdota: Mi habitación está enfrente de una sala donde están las sillas de ruedas. Pues bien, la auxiliar de turno de mañana, por cierto, la mejorcita de todas, había visto que una silla tenía uno de los reposapiés roto y en dos ocasiones había puesto un parte conforme estaba para reparar, y en ambas ocasiones la habían devuelto sin reparar. Pues hoy, la silla ha ido a parar a un paciente que al sentarse ve que cómo el reposapiés estaba fastidiado, y resulta que el hijo es un manitas y él ha arreglado la silla. Hay que tener en cuenta que la mayoría del personal de Mantenimiento están aquí desde el antiguo hospital militar y parece ser, y digo parece ser, que conservaron unos derechos, pero de eso ya hablaré más adelante.

Pues nada más por hoy, mañana otro día más y por cierto, ya tengo dos libritos nuevos de crucigramas. Hasta mañana.

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