martes, 19 de febrero de 2008

Para las auxiliares del Pere Virgili

Hoy esto va dedicado a parte de las auxiliares del turno de noche de la tercera planta del Pabellón Llevant del Pere Virgili. Con todo cariño y sentido del humor.

Voy a explicar la diferencia entre abrir o cerrar una puerta, entre una puerta abierta y una puerta cerrada. Una puerta abierta puede estar un poco abierta, medio abierta o abierta del todo. Normalmente, una puerta abierta puede estarlo de 1 grado a 90 grados abierta, por lo tanto decir: “abre la puerta” puede dar lugar a muchas interpretaciones, pero una puerta cerrada no da lugar a ninguna interpretación. Por lo tanto, pedir que se cierre una puerta, sólo da opción a cerrar, o sea, hasta que la hoja de la puerta toca en el marco y el pestillo encaja en la cerradura. ¿A que es sencillo? Espero que lo toméis con cariño y sentido del humor.

Volviendo a mi día a día, hoy también he ido a rehabilitación de doce a dos, por lo que he vuelto a comer la comida casi fría, pero bueno, lo que dije ayer, prefiero la comida fría a perder tiempo de gimnasio.

Esta tarde la he pasado bastante aburrida, ya que he estado dando vueltas a los crucigramas que tengo a la espera de que me traigan nuevos. La noche tampoco pinta bien, ya que el compañero de habitación está bastante mal y ha venido parte de su familia ya que se esperan lo peor, aunque como siempre en estos casos, lo mejor para el paciente es lo peor de los hospitales, que si el compañero está mal tú tampoco descansas. Cuando estuve en el hospital de la Vall d’Hebron ya tuve la mala suerte de que un compañero muriese en la habitación; en aquel caso fue rápido ya que fue una parada cardíaca.

Por hoy ya está bien de hablar de desgracias. Mañana más ejercicios para fortalecer más esta musculatura súper atrofiada. Por lo tanto, hasta mañana.

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