miércoles, 28 de mayo de 2008

Con todos mis respetos

Faltan 249 días.

Hoy he bajado al gimnasio sin que me pusiesen las gotas en el oído izquierdo porque la enfermera de la mañana tenía mucho trabajo y claro…

En el gimnasio estaba la segunda sustituta, la jovencita y a la hora de movilizarme lo ha hecho de tal manera que no ha hecho falta ponerme aquellas especies de cuñas para mantenerme con las piernas abiertas. Una cosa que me fastidia sobremanera es que no se tenga en cuenta la opinión del paciente en relación a qué fisio te hace mejor las movilizaciones, te motiva más y en resumen hace más por tu rehabilitación, que al fin y al cabo es de lo que se trata. Y ojo, como en tantas otras cosas, no es sólo mi opinión, los pacientes hablamos y comentamos esas cosas, pero claro, somos pacientes, somos personas enfermas, somos personas discapacitadas y se ve que nuestra opinión no importa nada.

No sabéis lo que lamento en ocasiones, como anoche, no disponer de una grabadora, porque a pesar de estar con la puerta cerrada, se podía oír cómo cierta auxiliar de la noche se cachondeaba de un paciente y esta mañana esto se ha comentado en la planta por enfermos y por algunos familiares.

Comida:

  • Escudella.
  • Carn d´olla.
  • Ensalada juliana.
  • Nectarina.
  • Pan.

Las gotas me las ha puesto cuando ha venido repartiendo las pastillas antes de traer las comidas.

Acaba de comentarme mi compañero de habitación que el viernes por la mañana le dan el alta. Con todos, todos mis respetos para médicos, fisios y política de la Sanitat Catalana, el hombre este para nada está rehabilitado y el está aquí por una rotura de fémur y sólo lleva dos meses aquí. No sé por qué, pero este jueves y viernes marchan bastantes de la planta. Las malas lenguas dicen que en el hospital Vall d’Hebron faltan camas y que por eso en centros como este donde derivan enfermos, dan altas para que del hospital Vall d’Hebron puedan salir enfermos y tener ellos más camas disponibles. Es lo que pasa cuando faltan plazas hospitalarias. Pero repito, es lo que dicen las malas lenguas.

En estos momentos está la podóloga (de pago) arreglándole los pies a mi compañero y no veáis la cantidad de trastos que lleva y utensilios que está utilizando, yo pensaba que era caro, 20 euros, pero ahora me parece un “poco” menos caro; aunque lo sigue siendo.

Un día escribí aquí en el blog: Aquí en la habitación voy alternando el escribir con algún juego de ordenador y también de vez en cuando me sumerjo en mis pensamientos. Los malos los rechazo.

Pero hoy me estoy dejando llevar por ellos, qué jodida es la soledad cuando no la buscas. El pasar tantas horas solo es lo que tiene.

Cuando acabe esto, si acaba, pueden pasar dos cosas:
Primera: Que me vuelva el tío más egoísta del mundo.
Segunda: Que me entregue de lleno a alguien que realmente necesite ayuda plena.

Volviendo a lo de mi compañero de habitación, tiene 73 años, camina a duras penas con dos muletas y lo mandan para casa, ni a un centro de día para acabar la rehabilitación, ni enviarán un fisio a su casa, ni nada de nada. Ojo, que vive solo. No hay derecho. Encima con dolor, que aquí cada ocho horas le dan un calmante. ¿Qué pasará con él? ¿A quién le importa? Estuvo hablando con la asistenta social de aquí y nada. Que ya pasará por su casa la del barrio. Si es verdad lo del karma…

Cena:

  • Sopa de pasta.
  • Estofado de pavo con champiñones.
  • Melocotón en almíbar
  • Pan.

Eso es todo por el día de hoy.

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