viernes, 16 de mayo de 2008

La segunda sustituta, la más jovencita

Faltan 261 días.

Comida:

  • Guisantes guisados.
  • Pollo a l’ast
  • Pera.
  • Pan.

Hoy en el gimnasio no estaba la segunda sustituta (la más jovencita), estaba la primera (la que me hizo dar los primeros pasos). Son tres estilos diferentes, pero claro está, tengo mis preferencias, tanto en el aspecto personal como en el propio terapéutico. Como ya en su momento hablé de la titular y de la primera sustituta, ahora lo haré de la segunda y más jovencita.

A pesar de parecer una chica cándida y frágil, cuando te habla te das cuenta de que manda ella, que tiene muy claro cómo se deben hacer las cosas y muy, muy importante al menos para mí: te escucha, valora las sensaciones que le aportas y si le preguntas el porqué de algo, te da la oportuna explicación y sobre todo muy clara y concisa. Un ejemplo de esto último. Hace semanas, y en las paralelas, me di cuenta de casualidad de que no me costaba casi nada dar un paso para atrás; entonces y sin comentarlo cuando me ponían en ellas para aguantar el equilibrio o cualquier otro intento, siempre procuraba probar un pasito y, en la habitación al hacer la transferencia de la silla verde a la butaca los findes, también. Entonces ayer jueves se lo comenté. Me dijo que era normal, que el cerebro sabía que yo no podía andar, por lo tanto al tirar para adelante no te deja o no te deja con facilidad, pero al andar hacia atrás el cerebro te deja porque siempre se anda hacia delante, por lo tanto engañas al cerebro. Yo lo he explicado muy “cutrillo” pero ella lo explica tan bien que la hice ir a terapia ocupacional para que lo explicase a la terapeuta y a otros pacientes.

Cena:

  • Sopa de pasta.
  • Pescado al horno.
  • Ensalada juliana.
  • Pan.
  • Yogurt de fresa.

Este finde tendría que escribir mucho, si tengo ganas claro. Ciao.

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