martes, 6 de mayo de 2008

Lo que esta tarde me ha dicho el médico

Faltan 270 días.

Anoche a las doce me despiertan para preguntarme si me ducho solo, o sea, si necesito ayuda y a qué hora lo hago. Esta mañana a las seis, otra auxiliar con más o menos la misma tontería. Voy a darles un voto de confianza y no pensaré que es una tomadura de pelo, pero ojo, sólo uno.

Desayuno:
  • Zumo de piña.
  • Dos bocadillos de atún.
  • Galletas.
  • Pan.
  • Margarina.
  • Mermelada.

Hoy una hora de gimnasio, ninguna novedad. En terapia ocupacional también ninguna novedad.

Ahora voy a hablar del turno de tarde, concretamente de una enfermera, de su auxiliar y de la otra auxiliar del otro lado de la planta. Es el turno mejor avenido que veo. A la enfermera no se le caen los anillos por vaciar la botella del pis, ayuda a las auxiliares si hace falta y siempre tiene para los pacientes una sonrisa, una broma y si es necesario te escucha. Lógicamente también hace valer su cargo cuando se requiere. Su auxiliar, aunque discrepamos en algunas cosas, es una bellísima persona y sabe diferenciar el trabajo de lo personal. Siempre procurando ser amable aunque si es necesario inflexible, hay que tener en cuenta que también hay pacientes “muy suyos”. Si te ve preocupado intenta animarte y casi siempre lo consigue, al menos en mi caso. Muy pendiente también de otras puñetitas que te puedan suceder, como en mi caso una especie de eccema que me salió en la cara en el anterior hospital. También muy cariñosa con los pacientes, igual que la enfermera y la otra auxiliar. Ésta última, a pesar de que a primera vista puede parecer lo contrario, es toda ternura con los pacientes y capaz de sacar una sonrisa a cualquiera, aunque también inflexible con los “muy suyos”; sabe también aconsejarte muy sabiamente y como es innato en ella ni tan siquiera se da cuenta de que te acaba de dar un gran consejo. Bellísima persona también y con gran corazón.

Agradezco mucho los cinco minutitos que tenemos de tertulia casi todas las tardes. Por cierto, las tres del club. Como ya he dicho más de una vez, no sólo hay que criticar, también ser agradecidos, por ello y desde aquí a las tres, gracias por ser como sois.

Comida:

  • Purrusalda.
  • Pollo plancha con tomate natural de guarnición.
  • Dados de sandía.
  • Pan.

Esta tarde ya me traen nuevo compañero, está en otra habitación de la planta y por ajustes lo traen aquí, ya que parece que necesitan otra habitación para mujeres.

Bueno, no todo siempre sale como uno desea las cosas. Esta tarde ha venido el médico a mi habitación y me ha dicho lo siguiente:

  1. Tengo que centrar mi rehabilitación en poder ser autónomo en la silla de ruedas.­
  2. Máximo podré dar cuatro pasos.
  3. La rehabilitación ha llegado a su tope.
  4. La esclerosis no permite mejoras.
  5. En la reunión que tienen los miércoles, físios, terapeuta y demás, están de acuerdo en que no puedo mejorar.
  6. Él como médico está de acuerdo.
  7. Tengo que ir a un centro de larga estancia.
  8. En cuanto haya una plaza vacante, me trasladan.
  9. La futura rehabilitación se tiene que centrar en un mantenimiento para que cuando haya un brote, no afecte tanto.

Lógicamente no me lo ha dicho así enumerando los diferentes puntos, pero sí bastante lacónico. No quiero que nadie piense: hay otras formas de decir las mismas cosas. Yo prefiero que se me diga así. Una doctora del anterior hospital me dijo que mi destino era la silla de ruedas.

Ahora me explico que no venga la psico. Aunque después de esto ¿para qué?

Supongo que muchos pensaréis que me acabo de hundir. No voy a negar que una vez que ha salido el médico he sentido mucha impotencia y una gran rabia. Y ¿por qué no decirlo? he tenido muchas ganas de llorar, pero de la propia rabia y de la impotencia. Rabia porque los médicos en su gran mayoría ni escuchan y se creen un raza aparte, infalibles y que no se apartan de sus protocolos. Impotencia porque como dije en su momento en este mismo blog:

¿La duración diaria de la rehabilitación se hace en función del paciente o por el contrario en función de las “necesidades” de la unidad de rehabilitación? Mucho me temo que es más lo segundo que lo primero. Lamentablemente, la falta de espacio sumado a la falta de personal hace que a pesar de haber más pacientes la atención a éstos no pueda aumentar. Creo, y siempre es sólo mi opinión, que seguro que hay muchos pacientes que si su rehabilitación diaria fuese de más horas, su estancia en los hospitales sería mucho menor. Pero todos sabemos la reticencia a aumentar plantillas.

Si en dos horas de gimnasio y en una de terapia he mejorado bastante, ¿qué no hubiese mejorado con más horas?

Y ahora en el nuevo sitio donde me manden ¿qué rehabilitación tendré? Y lo peor, si como dice el médico: tengo que centrar mi rehabilitación en poder ser autónomo en la silla de ruedas. Otrosí: la futura rehabilitación se tiene que centrar en un mantenimiento para que cuando haya un brote, no afecte tanto.

Yo me hago dos preguntas:

Primera pregunta: ¿Y si pudiese volver a andar?

Segunda pregunta: ¿Y si no hay un brote?

Respuesta de los médicos: Nada imposible pero sí improbable.

Bueno, de todos modos nada ha cambiado en mi cuerpo desde que el otro día inicié la cuenta atrás y siempre he funcionado mejor bajo presión. No voy a dejar que nada de momento me desanime y si llega un momento que veo que nada, que no hay manera de andar, pues ya me plantearé otras soluciones. Por todo ello sigue la cuenta atrás y quien me conoce sabe que me gusta tener razón. Lo único que me tendré que dar más caña por mi cuenta.

Será divertido ver mañana las caras de quienes lo sabían y no me habían “insinuado” nada. Porque:

5-En la reunión que tienen los miércoles, físios, terapeuta y demás, están de acuerdo en que no puedo mejorar.

Ahora me explico que ayer viniese la enfermera para hacerme un test para el tema cognitivo; supongo que está relacionado.

Y también ayer me quitaron la heparina ¿casualidad o ahorro? ­

Cena:

  • Pescado al horno.
  • Ensalada.
  • Manzana al horno.
  • Pan.

Como todavía tengo mucho que decir sobre lo que me ha dicho el médico, mañana seguiré.

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