Nuevamente otro día más, vuelvo a experimentar más sensaciones, más emociones, ilusiones. Resumiendo, otro día más en este deshumanizado mundo.
Anoche me dormí a las dos de la madrugada y estuve viendo series en la tele hasta que me venció el sueño.
Deberían redoblar las campanas, el fisioterapeuta ha venido un cuarto de hora antes. Ahora dejaremos un día de descanso y vendrá el jueves también a las once.
Voy guardando frases, de esas que llegan a través de los PPS que a veces nos inundan, aunque no pongo en duda que se envían de manera bien intencionada; otras que leo en comentarios, artículos, columnas, blogs, etc. y de vez en cuando y siempre en función de un determinado estado de ánimo, las repaso, no todas, simplemente hasta que encuentro alguna apropiada para el momento. No son grandes frases, ni grandilocuentes, sesudas, profundas. Son frases muy normalitas, pero que ante determinado momento, circunstancia o animosidad, te puede dar mucho a pensar. Y aunque sólo sean palabras, si haces caso a ellas, te pueden ayudar más que el raciocinio de muchas personas. Hoy pongo aquí, una de ellas.
Podríamos realizar una comparación entre nuestra voluntad y los músculos de nuestro cuerpo, estos últimos se hacen más débiles en la medida que dejan de moverse. Con nuestra voluntad sucede lo mismo, cada situación requiere un esfuerzo, una magnífica oportunidad para robustecerla, de otra manera, se adormece y se traduce en falta de carácter, irresponsabilidad, pereza, inconstancia...
Actualmente puede haber alrededor de 180 fármacos en estudio.
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