miércoles, 4 de marzo de 2009

Hospital Sant Rafael

Esta mañana se fastidió el transformador del ordenata, ha tenido que ir mi madre con un vecino para comprar otro. Otro aparatejo made in China.


Creo que no lo había comentado antes, Shakira me gusta mucho, no solamente cuando baila sensualmente, también me gusta su forma de cantar y muchísimo su cambio de voz, ese cambio de entonación que hace. Supongo que habrá un nombre para denominarlo, pero lo desconozco. Bueno, a lo mío, que ya me enrollo. Hace días me bajé un concierto de ella, de Shakira, y resulta que en el directo no tiene casi voz. Desde luego donde se nota "la voz", es en el directo. En cambio, Avril Lavigne en el directo sigue teniendo y manteniendo el mismo tono que en los CDs, contando todo lo que ella corre y salta por el escenario, es alucinante como mantiene el timbre y el tono. De ella tengo ahora un CD-DVD que me trajo mi hijo.


Voy a contar algo del primer centro sanitario donde estuve, que fue en noviembre del 2007. Después de la depresión que pasé de tres años, me llevaron a la Unidad de Psiquiatría del Hospital Sant Rafael, para que me trataran de la depresión. Allí estuve únicamente un mes. Pues bien, cuando llevaba dos semanas más o menos allí, a una de las auxiliares que iba con prisas vistiéndome, se le enganchó el calcetín que me estaba poniendo del pie derecho, en mi dedo meñique y en lugar de sacar el calcetín, pegó un tirón y hala, el dedo meñique del pie derecho, se rompió. En el momento noté un dolor, pero no pensé que se podía haber roto el dedo. A lo largo del día comencé a notar molestias y dolor; y por la noche cuando me quitaron las deportivas y calcetines, tenía todo el pie hinchado y amoratado en la parte del dedo meñique. Me dijeron que dejara pasar la noche. Al día siguiente estaba todo peor y me bajaron para hacer la radiografía, dónde se vio que estaba el dedo meñique roto.


Procedieron a vendarlo porque el dedo meñique es imposible de entablillar, pusieron gasas y esparadrapo de tela. Al día siguiente tenía el pie de un color entre verde, morado y azul. Resulta que era una alergia y así me enteré que soy alérgico al esparadrapo de tela.


La auxiliar que me rompió (sin querer) el dedo, como tuvo unos días libres, no se acordaba de habérmelo roto, aunque tampoco se lo recordé.


Otro día contaré más anécdotas de ese Hospital y de cuando me hicieron la radiografía ya en otro centro sanitario, para determinar si ya estaba soldado el dedo. Eso fue, divertido, divertido.


Hoy a las cinco ha venido la terapeuta ocupacional y volverá la semana próxima, misma hora, mismo día. O quizás está mejor dicho, mismo día, misma hora. Me ha puesto más deberes, coger una caja, llenarla de arroz e ir metiendo la mano como sumergiéndome.


Ahora una mala noticia, para mi claro. Resulta que tanto la terapia ocupacional como la fisioterapia, tienen un cupo. Entre ambos son 21 sesiones, por lo tanto el mes próximo, se acabó.


Esto me lo ha contado hoy la terapeuta porque "se le escapó". Nunca lo dicen salvo que el enfermo lo pregunte. Ni el médico que vino para valorarme lo dice. Me he quedado a cuadros. Ahora toca ir al médico de cabecera y a la asistenta social de la S.S. para intentar ampliar las sesiones.


Mañana sigo.

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