viernes, 29 de febrero de 2008

Planes para dos días

Nuevamente viernes, otros dos días de más o menos descanso. Este finde sí que voy a hacerme una buena terapia ocupacional; voy a “intentar” cortarme yo solito las uñas de las manos; desde noviembre que las de la mano izquierda no puedo cortarlas, y las de la mano derecha, al menos tres o cuatro años que no puedo. El manejo de las tijeras se hace muy complicado y con cortaúñas todavía peor. Pero o voy a intentar, sin prisas y sobre todo sin nervios, tengo dos días por delante, sábado y domingo.

Esta mañana en terapia ocupacional me han hecho pasar de la silla de ruedas a una cama, como si me fuese a acostar, pero no puedo subir los pies solo, por lo cual lo volveremos a intentar la semana próxima. También me han enseñado cómo ponerme una chaqueta de pijama de una manera diferente a la convencional; primero se pone uno por delante las dos mangas, luego con una de las manos se recoge toda la chaqueta por el medio, se mete la cabeza y ¡ya está! Luego, para sacarla, la misma operación, pero a la inversa.

Cuando ves que hay cosas que todavía no puedes volver a hacer, se produce un pequeño bajón, pero hay que pensar enseguida en todo lo contrario, en todo lo que ya no podía hacer y ahora sí puedo volver a hacer. Hay que buscar enseguida lo positivo, para al menos intentar equilibrar la balanza con lo negativo.

Este sábado y domingo tengo la idea de dejar esto abierto; me explico mejor. En lugar de escribir de una tirada, iré escribiendo y haciendo cosas, así se me hará más llevadero todo lo que quiero hacer, que es bastante y cansado. Espero no desfallecer ni abandonar enseguida. Supongo que, por lo tanto, escribiré bastante.

Pues nada más por hoy. Hasta mañana.

jueves, 28 de febrero de 2008

Balance

A las tres de la madrugada trajeron a mi compañero de habitación: ahora a comer, ingerir mucho líquido y a recuperarse.

Una anécdota, ahora de las “raras”. Un paciente mordió a un celador en la muñeca, parece ser que es un paciente agresivo y la tomó con el celador. Al celador le han puesto la antitetánica.

Hoy por fin han venido a poner la ducha, nunca es tarde si la “ducha” es buena. Hoy me han hecho unas férulas para las manos. Es un aparato que va desde medio brazo hasta los dedos, y es para que estén los músculos estirados y en reposo, y así evitar el agarrotamiento de los dedos y de la mano. Ya iré contando su efectividad.

Hoy hace veinte días que llegué a este hospital y desde luego, a lo que a recuperación hace, el balance es positivo, ya que me encuentro más fuerte en todos los sentidos. No podéis ni imaginar las ganas que tengo de poder dar mis primeros pasos en las paralelas; esa será mi prueba de fuego más próxima.

La poca o nula importancia que damos a las cosas diarias cuando las podemos realizar… Antes he estado probando para levantarme del sillón apoyándome en la baranda. Mañana, o mejor el sábado, iré probando para levantarme apoyándome en un andador, veremos si lo consigo.

Pues nada más por hoy, mañana espero que más y mejor.

miércoles, 27 de febrero de 2008

La sonda de mi compañero

Hoy comienzo a escribir antes, pero quiero comentar primero que todo lo que narro en este blog es absolutamente cierto. Explico esto porque parece imposible que sucedan tantas cosas “raras”, pero de verdad que todo es absolutamente cierto.

Estaba esta mañana duchándome y sonó como un ¡plof!, y por el sumidero del cuarto de baño empezó a salir agua y agua mezclada con mierda y toda la habitación se inundó y llegó el agua hasta el pasillo. Todo el personal de la planta se puso a poner sábanas por el pasillo y por el suelo de la habitación para ir absorbiendo el agua. Según parece estaba embozado.

Ahora que son las cinco de la tarde está mi vecino de habitación esperando una ambulancia para que lo trasladen al hospital de la Vall d’Hebron para que le vuelvan a poner una sonda urinaria que se le ha salido. No es de las normales que se ponen por el pene, por ello lo llevan de un hospital de “segunda” a uno de “primera”.

No deja de ser surrealista que en un hospital donde un porcentaje muy alto de pacientes llevan sonda, no haya médicos ni lo que sea preciso para hacerlo. Se supone que a la hora de la cena ya estará aquí, luego seguiré contando.

Ocho de la noche. Han venido unos familiares del compañero de habitación y me han contado que cuando iban a subirlo a la ambulancia para traerlo de vuelta, le ha dado una arritmia y le han hecho un electro y una analítica, y parece que ha sido de los nervios ya que la sonda se la han vuelto a poner sin anestesia, ni tan siquiera local, total, que lo quieren tener un poco en observación. Yo no creo que lo traigan ya hoy, pero nunca se sabe.

Yo por mi parte, hoy con mi hora de terapia para las manos y mis dos horitas de gimnasio. Bastante bien todo. Pues ahora me voy a poner a hacer unos crucigramas hasta las nueve o nueve y media que me meten en la cama.

Por lo tanto, hasta mañana, que será otro día.

martes, 26 de febrero de 2008

Las tardes, un poco largas

Hoy en la terapia ocupacional hemos visto (la fisio y yo) que podía hacer un par de cosas que los últimos días no podía y, lo más importante, ambas cosas con la mano izquierda. Una de ellas era coger unos tubos; el otro día se me agarrotaba la mano y hoy ya no me ha pasado. Poco a poco voy avanzando, que es lo de lo que se trata.

También, en el gimnasio, pasar de la camilla a la silla de ruedas ha supuesto una mejoría, ya que algo más ágil estoy y las mañanas con tanto ejercicio se me hacen muy cortas; pero las tardes sí se hacen largas, y a pesar de los crucigramas y este blog, se hace larga una tarde.

Hoy no tengo muchas ganas de escribir, por lo tanto os dejo por hoy.

Hasta mañanita.

lunes, 25 de febrero de 2008

Avances

Volviendo al tema de ayer, de insistir en unos movimientos y en no dejar de hacer otros, quiero comentar lo siguiente: Hasta que entré en el primer hospital (San Rafael) en mi cama, yo para girarme hacia un lado y hacia otro, lo hacía como todo el mundo, girando el tronco y ayudándome un poco de piernas y brazos. Pues bien, desde que ando en hospitales, me apoyo en las barandas de la cama, con lo cual hago menos fuerza, por lo tanto otra cosa a evitar, el cogerme de las barandas.

Otra cosa que he recuperado es la facilidad para usar el teléfono móvil, sobre todo el tema de escribir sms, ya que hace dos años no podía y ahora puedo otra vez, aunque no sé explicar el porqué.

Quiero comentar que la limpieza de las habitaciones es mejor aquí en Pere Virgili que en Vall d’Hebron. Cuando un paciente se va, se limpia a fondo la cama, la mesita, la otra mesita (la de tres ruedas) y el armario. En Vall d’Hebron lo hacía un hombre y sólo con un simple trapo mojado en no sé qué y tardaba cinco minutos en todo (así quedaba). Aquí en cambio, en Pere Virgili, dos chicas bien a fondo, pero bien, bien, y estuvieron quince minutos más o menos. No todo es malo ni “raro” en este hospital.

Con lo que sí me pondré serio un día es hablando extensamente de la falta de personal, porque es sencillamente escandaloso el tema. Pero eso será otro día, y también hablaré de los míseros salarios, míseros de verdad.

Hoy la terapia ocupacional ha sido bastante cansada, ya que se trataba de llevar al límite a la mano izquierda, hasta que llegaba un momento que se agarrotaba y no había manera de abrir la mano. Ya tengo nuevo compañero de habitación. He pasado un par de noches durmiendo casi del tirón. Veremos ahora qué tal va todo.

Pues por hoy nada más. Ahora a hacer crucigramas hasta la hora en que me acueste. Hasta mañana.

domingo, 24 de febrero de 2008

Engranaje

El 20 de noviembre, cuando salí de casa por última vez, todavía andaba con el caminador. A día de hoy, si tengo un punto de apoyo me aguanto de pie con más o menos esfuerzo. Mi primer objetivo, y realista bajo mi punto de vista, es poder volver a usar el caminador. Ahora bien, para ello todavía me falta un trecho, sobre todo levantarme de donde esté sentado y engancharme al caminador. Para ello necesito fortalecer más las piernas, los lumbares y los abdominales. Creo firmemente que con el tiempo que hago en el gimnasio puedo tardar mucho, por ello voy a realizar más ejercicios aquí en la habitación, tal y como me indicó la fisio.

Supongo que esta semana ya intentarán que dé mis primeros pasos por las paralelas. La verdad es que espero ese momento con cierta inquietud, ya que indicará claramente si vuelvo o no a caminar. Será muy, muy determinante.

Probablemente lo que voy a exponer a continuación no sería aceptado por los médicos, y dirán que es más fruto de la ilusión por recuperarme que fruto de la realidad, pero para eso son mis sensaciones y mi cuerpo. Yo conozco bastante bien mi cuerpo, no en vano llevamos 52 años juntos y me doy cuenta en qué posturas, haciendo el mismo ejercicio con la mano izquierda, se me agarrotan o no los dedos. Por ello, y siguiendo mentalmente los diferentes músculos, creo saber qué grupos musculares tengo que intentar fortalecer más. Y la prueba de fuego será precisamente con la mano izquierda. Hay movimientos de elevación del brazo izquierdo que no puedo realizar igual que con el derecho, o giros que tampoco, o rotaciones. Creo que todo ello confluye en una parte de la espalda, me refiero a los diferentes grupos musculares. Pues bien, voy a intentar fortalecer esa zona, lógicamente con la guía de la fisioterapeuta. Con respecto a la mano y, ojo, hablo sólo por mí, que nadie que padezca esclerosis múltiple se ilusione.

Decía que he comprobado últimamente que si realizas un ejercicio con la mano muy repetitivo, los resultados son prometedores. Asimismo creo que hago pocas cosas con la izquierda que debería forzarme a hacer más, por ejemplo: ¿que me pica la cara o cualquier parte del cuerpo y por inercia me rasco con la derecha? Pues hacerlo con la izquierda. Creo que puede ser muy importante entrar en esa dinámica.

Un ejemplo que he vivido con las gafas: Yo siempre me quitaba y ponía las gafas con ambas manos, y luego me acostumbré a ponérmelas con la derecha. Pues bien, cuando comenzaron a acentuarse mis problemas con ambas manos y ya me costaba muchísimo, a fuerza de insistir lo volví a conseguir. Luego ya no podía sólo con la derecha y volví a insistir hasta que volví a conseguirlo y ahora me vuelve a pasar con ambas manos a la vez, que me cuesta. Por ello creo que si dejamos de hacer ciertos movimientos, luego volverlos a realizar cuesta y si no son necesarios los suplimos con otros. De todos modos, repito, esta opinión no es compartida por los médicos. Tenemos casos de gente mayor con una gran elasticidad y cuando se les pregunta dicen que no han dejado de ejercitar. Por eso decía yo el otro día lo del movimiento continuo.

Otro ejemplo de lo mismo. Hoy he tenido que cambiar de bolígrafo. Pues bien, me cuesta adaptarme a la nueva forma, ya que este es más delgado, por lo tanto me cuesta cogerlo de la misma forma que el otro. Al cabo del día hago cientos de movimientos con la mano derecha que puedo intentar hacer con la izquierda, y creo que con eso tan simple y los ejercicios extra que haga, mi mano izquierda volverá a ser como la derecha.

Por otro lado no debemos olvidar que mi cuerpo ha pasado de un sedentarismo total de años a volver a hacer ejercicios, por lo tanto habrá de todo dentro del cuerpo aletargado y que ahora se tiene que poner nuevamente en funcionamiento. Un músculo se compone de miles de fibras y esas fibras están formadas por millones de células. Un grandísimo engranaje que tiene que volver a ponerse en marcha y funcionar a tope.

Ahora, y ya para terminar, otra desafortunada anécdota hospitalaria. Ya hace dos noches falleció mi compañero de habitación. Pues bien, tanto en el desayuno, comida, merienda y cena, siguen trayendo su respectiva comida. Vaya organización ¿verdad?

Pues nada más por hoy. Mañana vuelta a la terapia ocupacional y al gimnasio.

sábado, 23 de febrero de 2008

Silencio y reflexiones

Hola a todos. Sábado, día de descanso para mí y para otros, descanso definitivo. Me refiero a mi compañero de habitación, que ha fallecido esta noche a la una. La marcha ha sido silenciosa, sin sufrimiento.

Ya es mi segundo compañero de habitación fallecido, el primero fue en el hospital de Vall d’Hebron. Que nadie piense que soy gafe, porque ambos ya estaban bastante mal por desgracia y por otro lado ya se sabe que en los hospitales es donde más gente muere.

Una curiosidad. Me he despertado esta mañana con todo el desarrollo de una novela en mi cabeza ¿imaginación mía o inspiración del más allá? Cambio radical de tema. ¿Os acordáis de la historia de la ducha? Pues bien, siguen sin venir a cambiarla y se está empezando a pudrir la cinta tipo aislante que pusieron, por lo que a pesar de cerrar la puerta del cuarto de baño y procurar tener cuidado, el agua se cuela por debajo de la puerta y sale a la habitación. Si cuando vengan a cambiarla estoy en la habitación, procuraré enterarme de dónde viene la ducha.

Cada vez que me he cambiado de hospital he pensado en anotar cada día el menú que me sirven y hoy que lo he vuelto a pensar, también he pensado que ¿para qué hacerlo? La única sorpresa que tengo cada día, o mejor dicho cuatro veces al día, para qué romperla. Os digo horarios, todos ellos más o menos, ya que lógicamente nunca es a la misma hora:

Desayuno: 08.30

Comida: 13.30

Merienda: 16.00

Cena: 19.30

Resopón: 23.30

Como veis son cinco ingestas (se me pega el lenguaje hospitalario) y aunque he mencionado cuatro sorpresas, la quinta, la del resopón, nunca es una sorpresa, ya que se puede elegir y yo pido siempre un zumo de melocotón. Tampoco es que puedas elegir mucho, creo que es entre yogurt, zumos y vaso de leche.

Ahora comentaros una tontería, para que veáis que tantas horas muertas dan para pensar de todo: el único número que coincide su número con el número de letras de que está compuesto es el 5-cinco. Pues eso.

Nuevo tema: el pan. La verdad que en este tema el sentido común no existe. Me explico mejor: Los pacientes son todos de edad avanzada, casi todos deben llevar prótesis dentales o dentaduras postizas. La gran mayoría deben de sufrir una digestión lenta y difícil. Pues bien, el bollo que ponen para comer es súper correoso, por lo que supongo que estará bastante contraindicado en los casos que he mencionado arriba, difícil para morder, trabajoso para masticar y pesado para su digestión. Ojo, que a mí me cuesta y mi dentadura es original.

Hoy por fin he conseguido algo que venía persiguiendo hacía tiempo: he conseguido abrir todo solito, las tres pastillas que tomo al mediodía, con mucha paciencia y tiempo lo he conseguido. Pensar que las dos que tomo de buclofen, el plástico que las recubre es de 1 cm2, y si de por sí cuesta, imaginar teniendo las manos torpes. Pero hoy lo he conseguido.

Otro “ejercicio” diario es lidiar con la botella de agua de litro y medio. Pero día a día se me hace más fácil. También más fácil y suelto se me hace su manejo del bolígrafo, de la cuchara y, atención, llevo el reloj en la mano derecha, con la clásica correa de piel con los agujeritos, pues bien, con mucho esfuerzo pero ya consigo ponerme el reloj solo. Pensar que al llevarlo en la derecha tengo que hacer todo el trabajo de ponerlo con la izquierda, y es la mano que tengo peor, pero con todo y eso, consigo ponérmelo.

Estas pequeñas cosas hacen que uno se vaya animando y ver que se consiguen estos pequeños avances hace que a uno le suba la moral y le impulsa a superar mayores barreras. A veces con esta enfermedad los pequeños logros diarios dan más satisfacciones que grandes actos.

Pues por hoy ya está bien. Me he explayado mucho. Mañana espero más.