lunes, 31 de marzo de 2008

Gracias, amiga

Último día de la auxiliar de la mañana en esta planta y en este pabellón. Me vais a permitir que hablando sobre ella sólo diga:

Para mí, no sólo marcha una auxiliar, marcha una amiga. Amiga que me ayudaba, que me animaba, que me escuchaba, que me hacia reír, que me sonreía. Gracias amiga.

Bien, vamos con mi día. Hoy me han levantado nada más desayunar, ducha y a terapia desde las 10 a las 11, a continuación el gimnasio hasta las 13:15, luego comer y ahora aquí escribiendo.

Hoy la terapeuta me ha vuelto a dejar los conos para seguir ejercitando en mi habitación. Da gusto la buena predisposición que tiene. Por cierto, le he comentado otro pequeño avance y ahora os lo comento a los que leéis este blog. Cuando me llevan al baño en la silla verde, para acomodarme bien en ella, con la mano derecha me apoyo en el reposabrazo de la silla y con la mano izquierda me cojo a un toallero. Hasta hoy, al cogerme al toallero, siempre quedaba el dedo índice fuera y hoy ya no ha sido así; por si era algo fortuito he probado varias veces y siempre bien. Quiero volver a recalcar la gran importancia que tienen para mí estos pequeños logros.

Otra alegría me he llevado en el gimnasio ya que he vuelto a ponerme de pie con ayuda del caminador. Lo que más deseo en estos momentos es dar los primeros pasos, con el caminador o en las paralelas, pero quiero volver a notar la sensación de deslizar mis pies por el suelo. ¿Sabéis? tengo muy buenas vibraciones sobre el día después.

Voy a comentar ahora algo que me ha dicho la fisioterapeuta sobre la esclerosis. Pero primero explicar (no recuerdo si ya lo dije) que la esclerosis es como si el cuerpo se suicidase, ya que ataca el sistema inmunológico. Lo que me ha dicho la fisio es que hay algunas teorías que apuntan a que enfermedades que atacan al sistema inmunológico como la esclerosis pueden estar provocadas involuntariamente por el propio paciente como respuesta a un desajuste emocional. Hasta aquí lo que me ha dicho. Vamos, como un “suicidio alegal” en el caso de las enfermedades que acaban en muerte, o como una “auto tortura” para las enfermedades que no acaban en muerte pero duran hasta el final de la vida. He estado pensando mucho al respecto y en principio hay que tener en cuenta que el cerebro según dicen, solo trabaja a un diez por ciento de su capacidad, con lo cual seria plausible que generase enfermedades; por lo tanto si las puede generar, también podría atajarlas. Por todo ello, si fuese así, sería necesario en primer lugar un buen trabajo de zapa psicológica y psiquiátrica para “ajustar el posible desajuste emocional”. Estas teorías recuerdo haberlas leído de pasada cuando tenía acceso a internet y buscaba información de lo que me pasaba; por ello, es una de las cosas a mirar cuando vuelva a tener acceso a la red.

Ahora cenando me acabo de dar cuenta de que tenía que contaros otro pequeño progreso de los míos. La sopa nos la traen en unos cuencos, cuencos casi cónicos, por lo que o coges el cuenco con una mano y lo inclinas mucho para ir cogiendo con la cuchara o lo coges con ambas manos y así te vas bebiendo el caldo. No queda fino, pero dada la forma del cuenco es la única manera. Pues yo esto último no podía hacerlo por el ya sabido problema de mi mano izquierda. Hasta ayer que ya pude y hoy también. Otro pequeño pero gran avance para mí.

Ya me despido por hoy. Hasta mañana.

domingo, 30 de marzo de 2008

Esperando

¿Recordáis el día que conté los agujeritos de la ducha? Pues hoy he batido el record de permanencia en el baño. Se siente uno tan impotente sin poder moverse y sin poder hacer nada. Podría extenderme hoy “despotricando” contra todo, pero no lo haré, sólo diré: toda persona que trabaje con enfermos dependientes, debería pasar quince días en silla de ruedas, cama y llevando durante esos días la misma vida que un dependiente hospitalizado.

El próximo viernes voy al hospital anterior para un control, supongo que para ver la evolución de la enfermedad. De momento salvo lo de la anemia, veo una evolución positiva, al menos es mi percepción, otra cosa sería ver los resultados si me hicieran pruebas.

Poco a poco la dirección de este blog va corriendo, ya deben ser pocas las personas de este hospital que no la tengan. También familiares de pacientes me la van pidiendo y en algún caso me la han pedido para algún afectado de esclerosis múltiple, para ellos, los afectados, comentar que en cuando disponga de acceso a internet informaré de todo aquello que pueda encontrar en la red sobre avances médicos, clínicos, ensayos, etc. Me gustaría hablar más de la esclerosis, pero me falta información.

Ya por hoy nada mas, mañana lunes como siempre más.

sábado, 29 de marzo de 2008

Por favor y gracias

Ahora mismo a la vez que escribo, oigo música, concretamente Ana Torroja. Mi compi de habitación está haciendo la siesta ya que hemos acabado de comer hace poco; ya me gustaría a mí hacerla también, pero aunque sea una cabezada en la butaca no hay manera.

Ayer la terapeuta me dio unos conos para ir haciendo ejercicios este fin de semana y me voy a poner dejando esto “abierto” para así ir escribiendo a lo largo de la tarde.

Quisiera comentar ahora unas cuestiones en relación a la frase por favor y a la palabra gracias. De entrada quiero decir que casi todos los enfermos dependientes que conozco, son bastante amables y agradecidos, por ello la frase por favor y la palabra gracias están muy en primera línea en nuestro vocabulario. Hay que pensar que dependemos casi para todo de otras personas, por ello el por favor casi siempre por delante. Por favor, ¿puedes cogerme el bolígrafo? que se me ha caído. Y cuando te lo recogen damos las gracias. Por nuestra condición vivimos circunstancias similares docenas de veces al día. Docenas de veces con el por favor y las gracias, docenas de veces pidiendo ayuda y agradeciendo esa ayuda recibida, docenas de veces pidiendo favores y agradeciéndolos. Y no digamos los pobres enfermos que no controlan el pis y los esfínteres, la cantidad de veces que a parte del por favor y gracias, tienen además la palabra perdón casi siempre en la boca. Lo mismo que en casa casi nadie está todo el día con el por favor y las gracias y con los amigos tampoco siempre. Por ello si alguna vez omitimos el por favor o las gracias no es por prepotencia, desdén, chulería ni nada similar, simplemente porque al cabo del día lo decimos tantas veces que alguna se nos puede pasar. O bien porque a la persona que nos dirigimos es considerada por nosotros una persona amiga. De todos modos el hecho de no ser autosuficiente físicamente te hace estar siempre muy cerca del precipicio psicológico, un precipicio al que si caes te puede llevar a una depresión muy profunda. Y aunque no pueda parecer así, pequeñas cosas pueden ir acercando a una persona débil de carácter al borde de ese precipicio. Por ello las personas que conviven, trabajan o ayudan a personas dependientes que tengan muy en cuenta todo ello.

Nada más por este sábado, mañana domingo más.

viernes, 28 de marzo de 2008

Buenos profesionales, buenas personas

Creo que hoy será uno de los días que más escriba porque a raíz de lo que pasó esta mañana, tengo mucho que explicar y decir. Voy a ello.

Eran las siete menos veinte de la mañana y entraron en la habitación dos auxiliares que venían a lavar a mi compañero de habitación, que por cierto ya está bien y en plena forma. A el le está duchando últimamente su pareja cada día, con lo que a esa hora se hace extraño que lo vayan a lavar y más que a esas horas los lavan en la cama a los pacientes; por lo que viendo que el no decía nada, hay que tener en cuenta que tiene 85 años y a esa edad son muy prudentes; les comenté a las auxiliares que cada día le duchaban y entonces me dijeron: no tiene nada que ver la ducha con la higiene de esta hora. Como se dice ahora, me quede a cuadraditos. Lógicamente… al menos bajo mi lógica, pregunté: ¿y de quién es la brillante idea de lavarlo en la cama a las seis y media de la mañana? ¿Para qué haría yo semejante pregunta? Una dijo: ¿brillante idea? ya está el Toni con sus puntillas y la otra: no son la seis y media, son las siete. Como ya dije eran las siete menos veinte. Ambas estaban bastante “acaloradas”, deduzco yo por lo de “cerrar una puerta” o por lo de aquel día que se dijo que primero era repartir el resopón. Sabía yo que más temprano que tarde se rebotaría alguien por lo que escribo en este blog. De todos modos solo puede molestarse quien sea, digamos… poco sensible en el trato con los enfermos. Solo he escrito algo desfavorable de cinco o seis personas y favorable de muchas más. Y me queda para hablar bien de:

-Celador de mañana, para mí, el hombre que trabaja más de todo el hospital y el más solicitado por megafonía.
-Celadora de tarde, la más solicitada de la tarde por megafonía.
-Dietista, solo hable una vez con ella y me lleve una muy buena impresión.
-Celador de rehabilitación, muy profesional en su puesto de trabajo y gran persona.
-Terapeuta en prácticas, muy solicita y también una gran persona.
-Dos doctores, el mío y otro más, ambos muy amables y atentos. El resto de cuadro médico no he tenido ocasión de tratarlos.
-Peluquero, una gran persona.

Aunque no lo haya escrito en todos los anteriores, todos son grandes personas, simplemente he hecho un pequeño apunte de cada uno e iré ampliando detalles sobre ellos en días posteriores. Creo que queda claro que no me meto gratuitamente con nadie y que doy explicaciones y justifico siempre el porque de mi crítica o comentario. Y no me cansaré de repetir que para tratar con enfermos y ayudarlos, hace falta al menos un poco de vocación; trabajar solo por un sueldo es trabajar a disgusto, posiblemente amargarse y desde luego con certeza transmitirnos a los enfermos mal rollo.

Voy ahora con mí día a día. La auxiliar de la mañana me ha dicho que el lunes es su último día aquí en esta planta y en este pabellón y para colmo, parece ser que su substituta ni tan siquiera pasará un día en la planta con ella, para que al menos le hiciese un pequeño comentario de los pacientes. Esta claro que un hospital lo primero tiene que ser un negocio. ¿Para qué comentar nada más?

Desde esta mañana tengo ya las gafas nuevas, al ser progresivas, necesitare un día o dos para acostumbrarme a ellas. Por fin se acabó el quita y pon cuando tenía que leer o escribir. Ahora apetece más escribir y sobre todo leer, que siempre he sido un gran lector, aunque tengo que aclarar que no de temas “profundos”. Quiero desde aquí dar las gracias públicamente a MULTIÓPTICAS por haber venido aquí al hospital. Si alguien se encuentra en mi misma situación, ya sabe donde acudir.

Como ya dije, para solicitar una pensión y para poder tener acceso a la famosa ley de dependencia, mi familia ha tenido que presentar montones de papeles y ahora se han complicado las cosas ya que al tener el DNI caducado se retrasa casi todo hasta que lo renueve, por lo tanto en ello estamos, en la renovación del DNI. Para hacerlo me han tenido que hacer las fotos aquí, por cierto han tenido que repetirse por el fondo que tiene que ser blanco pluma y porque medían dos milímetros más de la medida estipulada. Entonces la semana que viene vendrán de la oficina del DNI para el tema de las huellas. Esto hay que alabarlo ya que mejor que se desplacen ellos que no que tuviese que ir en una ambulancia. De todos modos comentar que para que vengan hay que presentar un certificado médico, comprado en un estanco y que rellenó el médico. No sirve ninguno de los diferentes informes médicos que tenemos o que puede hacer el médico.

La semana que viene hago un nuevo horario en terapia ocupacional y en el gimnasio. Empezare el día a las 10 con la terapia hasta las 11, luego gimnasio; espero que igual pueda seguir haciendo las dos horas. Así al empezar antes y terminar antes, podré comer calentita la comida. Por otro lado esto hará que me levanten antes para la ducha. Yo al menos estar en la cama sin dormir no puedo. No sé si lo he comentado alguna vez, pero nos despiertan entre las 8 y las 8:30 con el desayuno, con lo cual los que no somos autónomos desayunamos en la cama; autónomo quiere decir que uno puede hacerlo todo por si mismo, que no es dependiente, por lo tanto que no depende de nadie. Luego te van levantando en función de las horas en que tengas las actividades y a la ducha. Sobre lo de la ducha también comentaré algo otro día, aunque adelanto que algunas auxiliares dicen que a los pacientes que no son autónomos, solo hay la obligación de ducharlos una vez a la semana.

Pues por hoy nada más, mañana será otro día.

jueves, 27 de marzo de 2008

La fisio en prácticas

Hoy es el primer día que escribo en el ordenador y ya he comenzado peleándome para poner la fecha, lógicamente por el tema de la mano izquierda; tampoco ayuda el hecho de estar en una mesa alta el ordenata, pero bueno ya irá mejorando todo. Tampoco hay que olvidar que hace dos o tres años que no escribo con las dos manos, o mejor dicho, que no tecleo.

He vuelto a terapia ocupacional; estos dos últimos días no hubo, porque la terapeuta tenía dos días de fiesta mas. Me ha dejado hacer dos horas porque tenía hoy poca gente, pocos pacientes. No he notado mucho los días que no hubo terapia, porque al hacer cosas durante Semana Santa en mi habitación, la transición ha sido leve.

En el gimnasio hoy volvía a estar una fisio en prácticas y le han dicho que me movilizase otra vez, ya que antes de fiestas ya lo había hecho y por cierto casi no pudo por la espasticidad tan fuerte que tenía; hoy en cambio le ha costado menor esfuerzo, lo que indica que la espasticidad va poco a poco minorando, lo cual me da más ánimos. Desde luego, si vamos sumando los pequeños avances que voy experimentando, mi estado anímico también aumenta. Muy poco a poco pero sin pausa ni retrocesos es la clave del éxito, al menos para mí. Volviendo al tema de la espasticidad y no recordando ahora si ya lo he dicho, comentaros que me han subido la dosis del medicamento para combatirla; por lo que ahora tomo diez pastillas al día para ello y en total 13 pastillas y una inyección de la heparina, que por cierto siempre lo escribía sin la h, hasta que una enfermera me lo “corrigió”, que por cierto esta enfermera es la para mí más profesional de todas. Hay otra en el turno de noche que también debe ser de lo mejorcito, pero lógicamente a ésta no la veo en acción. Luego hay dos enfermeros que también me parecen muy competentes.

Quiero volver ahora por un momento a hablar de la fisio en prácticas. Ya comenté un día que las personas que había en prácticas, al menos las que yo conocía eran muy competentes y sobre todo muy agradables también en el trato con los enfermos. Esta fisio en prácticas debería ser un espejo donde se mirasen esas auxiliares que a veces comento que deberían “humanizarse”. Como fisioterapeuta llegará a ser muy buena, se nota en como “trata” los cuerpos y como persona será muy humana ya que es una chica muy amable, dulce y con un gran corazón. Y rezuma una gran sensibilidad, que es una cualidad imprescindible para estar en contacto con enfermos y desde luego muchas auxiliares carecen de esta sensibilidad. Repito, que más de una se mire en ella. Y otra cosa a la que sabéis que doy mucha importancia por lo que refleja, la sonrisa; en ella siempre está presente.

Por hoy ya nada más, como siempre hasta mañana.

miércoles, 26 de marzo de 2008

Vuelta a las paralelas

Llevamos dos días sin terapia ocupacional. Espero que la haya mañana. Hoy en el gimnasio me han vuelto a poner en las paralelas, pero el pie izquierdo se niega a ir hacia delante; veremos quién puede más.

Me acabo de enterar de que un paciente de esta misma planta, y al cual yo ya conocía del hospital anterior, falleció hace dos días. Desde que estoy aquí, 8 de febrero, de esta planta han fallecido cuatro personas que yo sepa. Pero ya se sabe, en los hospitales es donde más gente muere.

Cambiando de tema. Hoy sí ya es el último día que escribo este blog a mano; ya a partir de mañana a teclear con el ordenata. He escrito a mano 94 páginas tamaño folio. Una buena terapia, también, aunque como dije, voy a seguir escribiendo a mano.

Para terminar por hoy, comentar que con tantas fiestas hemos tenido carencia de camisones, sábanas y toallas. Algún día contaré en detalle el tema.

Hasta mañanita.

martes, 25 de marzo de 2008

La silla verde

Hoy voy a comentar algo mío, pero os aviso que es un poco escatológico, pero lo quiero contar por si alguien con esclerosis pasa por el mismo trance, que sepa que es «normal» y que tiene solución, al menos en mi caso.

Me pasó por vez primera en el hospital Vall D’Hebrón. Para ir al baño a hacer las necesidades fisiológicas (qué fisno ¿verdad?) te sientan en una especie de silla, como de ruedas, alta. En ese hospital son metálicas y las llaman Don Pedro. Aquí, en donde estoy ahora, la silla es de plástico verde, por lo que la llaman la silla verde. En el hospital San Rafael no recuerdo cómo eran, aunque allí sólo la utilizaban para ducharme. Para las necesidades me sentaban directamente en la taza del váter. Bien, hecha esta explicación, voy a lo que toca.

Al tener los músculos del cuerpo (casi todos) tan flojos y estar sentado en esa silla sin poder afianzar los pies en el suelo, al hacer de vientre, y por el esfuerzo que hay que hacer, los músculos de las piernas empiezan a pegar como latigazos, lo que hace que las piernas den como sacudidas y luego se pongan rígidas y totalmente horizontales. No exagero. La primera vez que me pasó, me acordé de la niña del exorcista. Pues desde que llegué a ese hospital, hasta la primera de éste, o sea, durante un mes y tres semanas, cada vez que iba a hacer de vientre, el mismo «baile». Se me quitó aquí al empezar el gimnasio. La primera semana y fuera, por lo tanto, otra cosa que he ganado.

Acabe como acabe, en silla de ruedas, en caminador, o andando, lo que tengo muy, muy claro es que no voy a dejar nunca de hacer todo el ejercicio que pueda.

Pues ya acabo por hoy. Hasta mañana.

lunes, 24 de marzo de 2008

Nuevos ejercicios para fortalecer los músculos

Último día de «vacaciones», para los de fuera de Catalunya, comentar que aquí hoy es festivo. Aunque yo, pocas vacaciones he tenido, ya que he estado haciendo los deberes que me encomendaron.

Hoy nuevamente he tenido cambio de impresiones con una auxiliar, no voy a comentar tampoco su comportamiento y sus comentarios, sólo decir que no quiero ni pensar cómo se comportará ante pacientes de edades muy avanzadas y que estén más impedidos e indefensos que yo. Sigo animando a quien corresponda a que «ingrese» a alguien de su confianza aquí durante un mesecito y que le cuente después.

Ahora comentar algo que me dejé el otro día en el tintero. El último día en el gimnasio, cuando estaba tumbado en la camilla con las piernas abiertas y haciendo ejercicios como siempre, con un palo subiéndolo y bajándolo haciendo un arco, me pusieron un peso en medio para así ayudar a tener que hacer más fuerza y, por lo tanto, fortalecer más los músculos. Luego un ejercicio nuevo, tumbado en la camilla y, con dos muñequeras lastradas cada una con 1 kilo, ir haciendo casi lo mismo que con el palo.

En la cama, en el respaldo, hay como dos agarraderas, y en la derecha me cogía yo para subirme más para arriba en la cama, o sea, para poner la cabeza más cercana al cabezal, ya que uno se va resbalando hacia los pies. Pues bien, a fuerza de intentarlo, ahora ya puedo cogerme también al izquierdo y por lo tanto subirme con los brazos a la vez. Por lo tanto, la mano izquierda va mejorando. También del cabecero sale una barra que llega por encima de la cama, a una altura de 1’80 más o menos, y de la cual cuelga un triángulo donde se coge el paciente para ayudarse a incorporarse, girarse, o lo que sea. Pues con la derecha sí podía cogerme, no con la izquierda: desde hace una semana ya puedo también con ella. Estos avances me van dando todavía más seguridad para ver que puedo recuperar la mano izquierda.

Pues por hoy nada más, que llegue pronto mañana y hala, a ejercitar durante tres horas seguidas el cuerpo. Hasta mañana.

domingo, 23 de marzo de 2008

Próximos temas, un concierto y un manjar

Voy a enumerar ahora algunos temas de los cuales tengo previsto hablar, pero todavía no me encuentro preparado para ello. En un caso, porque no quiero crear ilusiones que luego podrían desvanecerse, en otros, porque no quiero parecer frívolo tratando el tema de la esclerosis múltiple y, en la mayoría de los otros casos que me quedan por hablar, porque es tan «fuerte» todo, que necesito medir bien mis pensamientos y mis palabras.

Los temas son:

El enfermo de esclerosis múltiple y la familia.
Qué sucede cuando te dan dos años de vida.
La negación de la enfermedad.
La esclerosis múltiple y la sociedad.
La esclerosis múltiple y la investigación.

Los dos últimos temas los desarrollaré cuando vuelva a tener acceso a internet.

Esta tarde un familiar de una paciente ha estado dando un concierto en el comedor acompañado de una guitarra, y habían reunidos casi todos los pacientes.

Hoy me he dado un capricho, algo que puede parecer muy simple. Pero hacía más de cuatro años que no lo comía: me he hecho traer un bocata de lomo con queso. Un manjar.

Hasta mañana.

sábado, 22 de marzo de 2008

Nueva terapia: teclear

Haciendo los deberes que me pusieron la fisio y la terapeuta, van pasando los días de fiesta. Hacía casi cuatro años que no me pesaba y dada la inactividad que tenía, veía que había engordado, pero no sabía cuánto. Por lo tanto, me han pesado, utilizando una grúa para hacer transferencias y que lleva una báscula incorporada. Peso 85 «kilitos», 15 por encima de mi peso ideal. De todas maneras, estoy seguro que cuando llegué al hospital pesaba más y que gracias al ejercicio he bajado algo.

Ya me han traído el ordenador portátil, por lo tanto a partir de mañana una nueva terapia: volver a escribir en el ordenador, cosa que dejé de hacer hace casi tres años por los problemas con la mano izquierda, sobre todo. Creo que con la mano derecha tendré pocos problemas para teclear, pero con la izquierda veo que tendré muchos problemas, pero no voy a desesperar por ello. Lo que no pienso es dejar de escribir a mano, en eso no pienso retroceder. Tengo muy claro que todo lo que recupero de mi vida pasada, no lo voy a volver a dejar escapar.

Ahora comentaros que el último día en el gimnasio, osease, el jueves, me pusieron dos muñequeras lastradas, cada una con 1 kilo, para fortalecer más los brazos. La verdad es que me encuentro muy cómodo fortaleciendo mi cuerpo.

Esta semana han cambiado las papeleras que había en los cuartos de baño. Las antiguas eran de plástico, de unos 25 litros de capacidad; las nuevas, metálicas y de 5 litros, más o menos, ambas medidas. No voy a hacer ningún comentario.

Tengo a mi vecino de habitación un poco depre. Todavía no ha hecho la valoración un médico, es simplemente mi opinión. La depresión es algo que todavía me desconcierta, ya que yo la tuve muy fuerte y duradera y luego la abandoné muy rápido. Ya os comenté por encima que una depre me hizo estar cuatro años más o menos encerrado en casa, y que luego estuve un mes en la unidad de psiquiatría del hospital San Rafael. Un día profundizaré bien para explicaros todo ello.

Hasta mañana, y gracias por leerme.

viernes, 21 de marzo de 2008

Gracias a la fisio

Ayer hizo cuatro meses de la salida de mi domicilio y también cuatro meses que dejé de fumar. Hoy comienzan los cuatro días de «descanso». Lo pongo entrecomillado porque tengo deberes, tanto de la fisioterapeuta como de la terapeuta. Si el otro día daba aquí en el blog las gracias a la terapeuta, hoy lo hago también con la fisio. No sólo por dejarme estar más tiempo en el gimnasio, sino también por los «inventos» que realiza conmigo para procurar ayudarme más y mejor. Por ejemplo, lo de poner como cuñas entre mis piernas o atarme con las piernas flexionadas; aparte de consejos posturacionales y de recomendarme ejercicios para realizar mientras estoy en mi habitación, e incluso, cómo hacer estiramientos de los dedos valiéndome de las ruedas de la silla de ruedas. Se trata de frenar la silla, poner los dedos entre la rueda de goma y la rueda metálica por donde se hace girar la silla y sólo queda realizar el estiramiento. Fácil y efectivo.

Hasta mañana.

jueves, 20 de marzo de 2008

Sobre la auxiliar de la mañana

Hoy lo inicio hablando de algo que algunos pueden pensar que es un territorio que no me incumbe, pero a medida que lo vaya desarrollando se verá que sí me afecta, y no sólo a mí, sino a otros enfermos actuales y ¿por qué no? a posibles enfermos en un futuro próximo que vengan a esta planta donde yo estoy hospitalizado.

Ya habéis leído alguna vez que valoro mucho a la auxiliar de la mañana. Pues esta valoración positiva no es sólo mía, sino también de la totalidad de los pacientes y de sus acompañantes, con los que he ido hablando estos últimos días. Esta auxiliar había solicitado el traslado a otro pabellón de aquí, del Parc Sanitari, y ahora se lo han concedido. Marchará a final de mes o principio del próximo. El motivo por el cual ha solicitado el traslado no lo voy a explicar porque creo que no debo hacerlo, salvo que ella me indicase lo contrario.

Ahora me gustaría que, lo que voy a escribir a continuación, sobre este mismo tema, fuese leído con atención por el personal del hospital que se lo lee, pero sobre todo por uno de los «jefes» que pueden poner solución al tema y que sé positivamente que lee este blog.

Una auxiliar como ella no se limita a:

Repartir comidas.
Ayudar a levantarse a los pacientes.
Ayudar a acostarlos.
Hacer las camas.
Repartir pastillas.
Cambiar pañales.
Vaciar botellas del pis.
Vaciar cuñas.
Limpiar traseros y partes íntimas.
Ayudar en el aseo e higiene.
Dar de comer al que no puede.
Acercarnos las cosas a muchos.
Cogernos cosas que se nos caen.
En muchos casos, vestirnos y desvestirnos.

Aparte de todo esto, que no es poco, también:

Cuando te ve callado te pregunta cosas.
Si te ve triste, tiene tiempo para animarte.
Procura que no pases mucho tiempo en la habitación.
No le importa llevarte a ver la tele.
No dice que no a acompañar visitas a donde estés.
Sabe cuál es tu enfermedad.
Se preocupa por tu alimentación.
Realmente presta atención a lo que le dices.
Si en el momento no puede estar por ti, al menos te lo hace saber.
Siempre tiene una sonrisa y una palabra agradable.


Y podría seguir y seguir. No se limita, desde luego, a su exclusivo trabajo. Y como he dicho anteriormente, no sólo es mi opinión, sino también la de los pacientes con los cuales he hablado. Por todo ello, a los pacientes de este pasillo nos gustaría que siguiese aquí. También es sabido que los médicos quieren también que la auxiliar continúe en la planta. Los pacientes del otro pabellón ganarán, ya que tendrán a una auxiliar muy competente y, sobre todo, una gran persona. Desconozco cómo están ahora en primera persona, pero por los comentarios que me han hecho, no tienen queja alguna del personal que tienen.

La solución para que la auxiliar siga aquí es muy sencilla: hace falta buena voluntad para que todo se solucione para bien de todos. Aunque como he dicho otras veces: ¿no son primero los pacientes?

Hasta mañana.

miércoles, 19 de marzo de 2008

Sin esfuerzo no hay progreso

­Hoy tengo mucho e importante que contar, si no me da tiempo seguiré mañana, aunque quiero todo lo de hoy contarlo.

Ha empezado el día subiendo a mi habitación, la terapeuta y la terapeuta en prácticas para ver como hacía la transferencia.

De la silla a la cama y a la inversa; también como me daba la vuelta en la cama. Para pasarme de la silla de ruedas a la cama, me ha dicho de usar el andador para servirlo como punto de apoyo para levantarme de la silla, hacer el giro sosteniéndome en él y luego sentarme en la cama. Lo intenté pero no pude levantarme y entonces me ha dicho que pusiese el trasero en el borde de la silla de ruedas y haciéndolo así he podido levantarme. He esperado a que me parasen los temblores y he podido hacer el giro con relativa facilidad para luego sentarme en la cama. He tenido una alegría enorme al poderme levantar con ayuda del caminador ya que es lo que quería practicar estos días según escribí el lunes.

Luego en la terapia ocupacional he tenido otra alegría ya que he podido completar una columna de conos de una buena altura con solo la mano izquierda ya que antes necesitaba ayudarme con la derecha.

Parece mentira que conseguir algo tan simple me enorgullezca tanto.

Acabo sudando del esfuerzo y eso es muy importante. Sin esfuerzo no hay progreso.

Otra vez quiero agradecer desde aquí a la terapeuta que me “ponga las cosas difíciles” para así ir superando mis limites y evolucionar con mi “gandula” mano izquierda. Gracias de todo corazón.

Luego en el gimnasio me han puesto en las paralelas y he dado mis primeros pasos, lo que pasa, que el pie izquierdo se queda atrás, por lo tanto me han puesto de deberes para estos días el hacer ciertos movimientos con los pies.

En los resultados de la analítica, me han encontrado un poco de anemia, por lo tanto me darán hierro.

Pues ya todo dicho, mañana como siempre más.

martes, 18 de marzo de 2008

Resonancia magnética

Hoy como dije, han venido para graduarme la vista, ya he elegido también la montura. Las tendré pasado Semana Santa.

He notado por la ropa que he adelgazado, hace ya bastantes años que no me peso, mínimo hará tres años. Ahora cuando venga la enfermera a pincharme la eparina le preguntaré si tienen algún tipo de báscula que no haga falta aguantarse de pie.

El medicamento que tomo para reducir la espasticidad, por lo tanto ahora tomo al día doce pastillas y una inyección de eparina.

Para terminar hoy, comentaros que cuando estuve en el hospital del Vall D´hebron y me tuvieron que hacer una resonancia magnética, no pude aguantarla ya que es claustrofóbica y agobiante, aparte de que duraba hora y media ya que me la tenían que hacer craneal, cervical, dorsal o frontal. Ahora no recuerdo cual de estas dos últimas era. Y ya que en este hospital no disponen de las llamadas, resonancias abiertas, tuvieron que derivarme a una clínica privada donde si me la pudieron realizar.

Para los que no sepan como es la prueba y como es el aparato, explicarles que te meten en una especie de tubo que queda encima tuyo y por los lados, poco más de diez centímetros. Totalmente muy parecido ha como si estuvieses dentro de un ataúd; Pero sin tierra encima y con los pies fuera. Unir a todo ello un ruido fuerte y regular, otras veces, ruidos más fuertes y totalmente disonantes; algo más parecidos a una tortura (siempre según mi opinión) que a una prueba médica. Luego ésta la semi - abierta que es más o menos lo mismo pero con unas pequeñas aberturas rectangulares a los lados y por fin, que es la que a mí me hicieron, la abierta, que solo un 50% queda cerrada, por lo tanto el otro tanto por ciento esta es totalmente tolerable e incluso dejan entrar a un acompañante en la sala para que esté a tu lado.

Pues lo dicho, una vez hecho este comentario, por cierto largo, me despido hasta mañana.

lunes, 17 de marzo de 2008

No espero sorpresas

Hoy comenzó el día con extracción de sangre, de la mía claro. Y la primera vez en mi vida que me la sacan de la muñeca, por donde se cortan las venas algunas personas, pues por allí. Ya sé que no es muy afortunada la comparación, pero es así.

Según me dijo luego el médico, es un análisis rutinario y en un día o dos me dirán los resultados. No espero sorpresas porque mas análisis que me hicieron en el anterior hospital y todo salió bien, aquí no tiene porqué ser lo contrario.

Terapia ocupacional no hemos tenido ya que la terapeuta no estaba; desconozco el porqué.

La gimnasia bien como siempre, aunque tampoco estaba la fisio titular; la suplente es muy competente también.

Quien ha vuelto de la baja es la auxiliar de la mañana, esperemos que esta Semana Santa vengan auxiliares competentes.

Como viernes, sábado, domingo y lunes no habrá terapia ocupacional ni gimnasia, tendré que pensar que ejercicios haré en mi habitación. Estoy mentalizándome para no acomodarme los festivos. Estoy pensando lanzarme para intentar levantarme desde la butaca con ayuda del caminador y mantenerme en pie apoyado en él. La última vez que lo intenté no lo conseguí, todavía me faltaba fuerzas en piernas, glúteos y la zona lumbar. Veremos esta vez. Ya iré contando que tal. Mañana por la mañana vienen de una óptica a graduarme la vista, costó pero gracias a una amiga que se pateó varias ópticas, encontró una que vienen.

Pues ya por hoy nada más, mañana retorno a la terapia ocupacional que tengo que darle buena caña a la izquierda… mano izquierda claro.

Hasta mañana.

domingo, 16 de marzo de 2008

La falta de personal

Ayer, sábado, 19.00 horas. Una paciente que quería acostarse más tarde para así moverse un poco más en la silla de ruedas para que le bajase el azúcar. Hay que tener en cuenta que tiene ya una pierna amputada por el azúcar. Las auxiliares tenían “órdenes” de las de la planta de acostarla a esa hora, las 19.00. Desconozco por qué, ya que el motivo de la paciente parece razonable. Pero una auxiliar, en lugar de intentar razonar con ella, le dijo: “Aquí mando yo, y por lo tanto, te acuesto”. El tono tampoco era bajo, ya que desde mi habitación lo oímos y desde otras también; luego se comentó en los pasillos los malos modos de la auxiliar.

Luego por desgracia dio la coincidencia de que se cayó una paciente en su habitación, y fue la gente que había por el pasillo la que avisó a la enfermera, que llamó lógicamente a gritos a las auxiliares. Supongo que no podían acudir, y fueron familiares de otros pacientes los que ayudaron a la enfermera a levantar a la señora. Luego ya aparecieron los auxiliares y claro, los comentarios sobre ambos “sucesos” se solaparon. A la señora que se cayó no le ha pasado nada.

¿A que nunca nadie ha contado los agujeros de la ducha por los que sale el agua? Sesenta y seis agujeros tiene la del cuarto de baño de la habitación de mi hospital. Me he pasado casi una hora dentro y ya no sabía con qué distraerme. ¿El motivo? Pues como siempre, la falta de personal. No pueden atender a todo, por lo tanto van dejando “desatendido” al menos débil o menos vulnerable. No critico que me tengan casi una hora en el baño, critico que haya tan poco personal y que eso dé lugar a que sucedan estas cosas.

Hoy, para 19 habitaciones (o sea, 38 enfermos), sólo hay un enfermero y dos auxiliares, y suerte que este enfermero es de los que ayudan, que si tocas el timbre vienen y no esperan a que acudan siempre las auxiliares.

Pues por hoy nada más. Hasta mañana que, como siempre, habrá más.

sábado, 15 de marzo de 2008

Plátanos y botellas de agua

Lo mismo que el cuerpo nos pide a veces comer algo salado o dulce, o nos pide dar unas cabezadas, o también levantarnos o estirarnos, desperezarnos o más cosas, mi cuerpo me está pidiendo desde hace tres o cuatro días que utilice ambas manos para muchas cosas; o bien que utilice la izquierda para cosas sencillas que hago normalmente con la derecha. Una cosa que me costaba una enormidad era pelar los plátanos y ahora ya lo hago con relativa facilidad. La terapia ocupacional me va muy bien, poco a poco, pero voy notando progresos.

Me motiva mucho el ver que la misma actividad, sobre todo realizada con la mano izquierda, la ejecuto ahora con mayor facilidad que antes y, desde luego, la terapeuta no lo pone nada fácil, pero de eso se trata. Ella también sabe muy mucho cómo motivar. Aparte de buena terapeuta tiene “dotes” de psicóloga. Cuando el otro día daba las gracias en este blog, daba las gracias a las sonrisas. Ella desde luego encabeza la lista.

Volviendo al tema de los plátanos: los maduros estriñen más y los verdes lo contrario. Lo comento porque mucha gente cree lo contrario, yo hasta hace poco también. Y sigo hablando de ellos: en el hospital San Rafael sólo un día me dieron plátano. En el Vall d’Hebron, nunca y aquí en el Pere Virgili sólo un día. “Deduzco” que no es una fruta hospitalaria. Y para acabar con el tema plátano, comentar que es mi fruta favorita y que si los sigo comiendo es porque me los traen de casa.

Retomo el tema de las manos para comentar el hecho de haber recuperado fuerza en la derecha y explicaros que, igual que casi todos, yo bebo de una botella de agua de litro y medio; antes siempre tenía la botella encima de la famosa mesa de las tres ruedas, mesa con la que escribo esto. Pues bien, la tenía encima de la mesa porque si la dejaba en el suelo me costaba mucho subirla. Hace ya un par de semanas que me he acostumbrado a dejarla en el suelo y cogerla por el tapón para subirla con tres dedos: el pulgar, el índice y el corazón.

Cuando acabe de beber esta botella de ahora practicaré con ella vacía y con la mano izquierda y luego, poco a poco, con cada vez más agua. También tengo guardados tapones de botellas para ir haciendo cosas con ellos y con las manos. Esto último no sé si ya lo había contado (si alguna vez repito algo, pensad que no es senilitud, sino simplemente despiste).

A propósito de lo del agua: que todos tengamos botella de litro y medio es porque aquí no dan botellín de agua en las comidas. Sí hay una máquina grande dispensadora de botellas de litro y medio de agua a cambio de 80 céntimos de euro. Eso sí, tanto la máquina como las botellas son de la misma marca.

Pues hala, hasta mañana.

viernes, 14 de marzo de 2008

52 años

Hoy, otra auxiliar sustituta que tampoco conocía. Pues esta sí era competente, profesional y, sobre todo, buena persona. Un detalle: estaba yo peleándome con el tenedor con un muslo de pollo, ya que como la mesa queda alta no puedo utilizar el cuchillo en una mano y el tenedor en la otra. Pues, repito, estaba peleándome con el tenedor y pasa ella por el pasillo y, viéndome, ha entrado y me ha preguntado si necesitaba ayuda. Le he dicho que no, que mientras pueda ir haciendo yo cosas, pues mejor. Y me ha dicho: “Si necesitas ayuda, dímelo, que para eso estamos”. Se nota enseguida a quién le gusta la profesión y a quién no le gusta.

Ahora os voy a relatar un pensamiento que tuve ayer en el gimnasio mientras miraba a un hombre de 92 años, todo ello dejando de lado la esclerosis y lo de si vuelvo o no a andar. Como ya sabéis, tengo 52 años y lógicamente a nadie le gusta envejecer, por lo tanto, uno sabe que su destino no es rejuvenecer: es envejecer. Por ello, tarde o temprano llegaré a esos 92 del señor al cual miraba. Lo de tarde o temprano dependerá de la forma de vida, del ritmo y de lo que ésta vaya deparando. Una existencia puede transcurrir muy rápida o muy lenta. Una vida muy monótona lleva a que la vida parezca que transcurre muy lentamente. Por el contrario la plenitud de vida, las muchas experiencias y una gran variedad de vivencias producen la sensación de haber vivido una vida muy rápida, o mucho mejor dicho: que ha pasado muy rápido. El señor, 92, yo 52. Cuarenta años de diferencia, y automáticamente pienso: cuarenta años atrás yo tenía 12 años, por lo tanto, me queda de vivir en años otra vez esa etapa. Lógicamente, las experiencias no son ni serán las mismas; no es lo mismo de los 12 a los 52 que de los 52 a los 92, pero nadie me negará que en esta etapa que me tocará vivir hay más serenidad, por lo tanto, se puede disfrutar más de muchas cosas.

Cuando uno es joven piensa casi siempre que disfruta más que el otro de mayor edad. El tema es: ¿hasta cuándo se es joven? Lo que se dice siempre: uno con sesenta puede sentirse joven y uno con cuarenta, mayor. Otra cosa son las limitaciones que te ponen los años. Yo siempre he dicho que lo que más me fastidia de morirme es perderme todos los adelantos, avances y descubrimientos que experimentarán todas las generaciones venideras. Bueno, basta de pensamientos profundos, y supongo que para algunos farragosos.

Para terminar el día, una anécdota de las muchas que produce este hospital. Al lado de la puerta de cada habitación hay un rótulo con el número de cada habitación y luego dos especies de cajetines donde ponen el nombre de los pacientes y la inicial del apellido. Cuando yo llegué ponía “Antonio R.”, que era el nombre del paciente que había en la habitación. Mi nombre, Antonio F., no lo pusieron hasta quince días después de llegar. Pues bien, cuando llegó el compañero que tengo ahora, no pusieron su nombre y, hasta ayer, seguían estando Antonio R. y Antonio F. Ayer quitaron ya uno; estoy seguro que adivinaréis que quitaron el mío, y que sigue estando el de Antonio R., que, recordad, es el que falleció. Y lógicamente, el del señor que hay ahora, no lo han puesto. Una vez más quiero decir que todo lo que relato es absolutamente verídico.

Pues por hoy nada más, como siempre, mañana más.

jueves, 13 de marzo de 2008

Pacientes y trabajadores

Así como ayer alababa la profesionalidad y el carácter de la auxiliar suplente, con la de hoy, todo lo contrario, y no voy a entrar en detalles, sólo decir que si alguien de Recursos Humanos la hubiese visto, seguro, pero seguro, que la ponen automáticamente de patitas en la calle. Una vergüenza. No voy a contar los detalles porque me enciendo.

Cambio radical de tema. Por mi enfermedad tengo la tendencia a tener casi siempre las piernas juntas, tocándose la una con la otra. Por ello, cuando tengo que hacer ejercicios en la camilla del gimnasio, me ponen algo en medio, algo para que no se junten. Pues bien, hoy me han puesto en la camilla con las piernas totalmente abiertas y con dos triángulos grandes de goma en medio de las piernas para mantenerlas totalmente abiertas. Lo que me parece extraño es que nada me produce agujetas; supongo que algo tendrán que ver las pastillas que tomo para combatir la espasticidad.

Hoy “necesito” hacer un comentario. Los hospitales están para que los pacientes sean atendidos por trabajadores sanitarios y no al revés. No están los hospitales para que haya trabajadores a los que se les llevan pacientes para que “trabajen”. Frase complicada ¿verdad? Pues que algunos trabajadores se apliquen a entenderla.

Pues ya por hoy, nada más. Hasta mañana.

miércoles, 12 de marzo de 2008

Amabilidad

¿Os acordáis de la famosa ducha? ¿De la que salía agua por todos lados, que le pusieron cinta aislante y tardaron bastante en venir a cambiarla? Pues bien, hoy venían otra vez a cambiarla. Me ha sabido mal decírselo al de mantenimiento, porque esta era más guay, más bonita, pero tampoco es plan de que derrochen. A lo mejor, ahorrando un poquito de aquí, de allá y de acullá, pues llega para poner un botellín de agua con las comidas, que por cierto, estoy anotando “cositas” con las que ahorraron unos eurillos para lo del agua. Cuando llega un paciente nuevo y le dicen lo del agua, hay que verle la cara y oír los comentarios.

Hoy les he enseñado al doctor y a la fisio el aparato que os comenté para mover los pies y lo han encontrado muy útil, práctico y, según la fisio, me ayudará a rebajar la espasticidad de las piernas. Recordad: espasticidad es rigidez muscular.

Esta mañana ha venido una auxiliar sustituta, ya que la de la planta está de baja. Lógicamente, lo mismo que cuento lo malo, estoy obligado a contar lo bueno. Esta auxiliar es de las que escuchan, de las que ya que no conocen al paciente, pues te dicen que les digas cómo haces las cosas, no como otras, que simplemente van a su aire y, aunque lleves un mes haciendo una cosa de la misma manera, ellas intentan obligarte a la suya; no para enseñar algo nuevo sino para tú adaptarte a su manera. Un ejemplo: si yo bajo siempre por el mismo lado de la cama porque así tengo más fuerza en esa pierna o en este brazo, no tengo por qué bajar por el otro lado con la inseguridad que eso me conlleva. Pero ya digo, la de esta mañana, genial, más de una tendría que aprender de ella.

Casi todo el personal es muy competente y, muy importante, voluntarioso. Incluso el personal en prácticas hace más de lo que le tocaría hacer. Y una cosa que valoro mucho en ellas es su “real” interés por el paciente. Sé distinguir quién te está escuchando con atención y con interés y quién está pensando en lo que hará por la noche.

¿Sabéis? Me he dado cuenta en mi paso por los tres hospitales que el personal sanitario que más sonríe es el más humano. Las sonrisas se pueden fingir un día, dos, pero no día tras día. Ojo, que nadie se equivoque, las personas serias también sonríen.

Para terminar por hoy, mi público agradecimiento a las muchas personas que he recibido en el hospital San Rafael, en el Vall d’Hebron y aquí, en el Pere Virgili.

martes, 11 de marzo de 2008

Caña a la mano izquierda

Hoy en el gimnasio parece que he empezado a preparar las piernas para pronto intentar dar los primeros pasos. En la terapia ocupacional, sigo dándole caña a la mano izquierda, y sigo alimentando esperanzas de recuperarla y ponerla al mismo nivel que su hermana, la derecha.

Lo que digo muchas veces: bien, pero muy lento todo. Hoy no tengo muchas ganas de escribir, por lo tanto, no mareo la perdiz y mañana seguiré.

Hasta mañana.

lunes, 10 de marzo de 2008

Hoy, más contento

Hoy, como todos los lunes, vuelta a la terapia ocupacional y al gimnasio. En la terapia ya casi no se me queda agarrotada la mano izquierda, y eso es muy buena señal, ya que es indicativo de progreso. Estoy bastante contento en el tema de la mano. En cuanto a las piernas, pues sigo cogiendo fuerzas y, como siempre digo, me gustaría ir más rápido, pero lo que no puede ser… no puede ser.

Yo tenía, o mejor dicho, tengo en mi casa un aparato que sirve para “caminar sentado”, oséase, un aparato que va en el suelo y uno, estando sentado, pone los pies en él y el aparato los va moviendo adelante y atrás lo mismo que si fuese andando. Con ello se consigue el movimiento de unos grupos musculares y sobre todo el retorno de la corriente sanguínea, lo que quita en parte la hinchazón de los pies y los tobillos. Le he comentado a la fisio y al doctor el tema y me han dicho que me lo traiga, que me puede ir bien, por lo tanto, mañana me lo traerán. Todo lo que sea darle meneo al cuerpo está bien.

Por suerte, mi estado de ánimo no decae y tengo la moral bastante alta. Eso sí, de momento no pienso cómo será mi nueva vida cuando salga del hospital. Lo que sí tengo muy claro es que no volveré a encerrarme en casa, por lo tanto, salvo que volviese a caminar –cosa que los médicos dijeron que no podría ser–, mi vida estará condicionada a una silla de ruedas. Poniéndole un poco de humor, veré la vida con otra perspectiva desde la silla de ruedas: lógicamente, al ir más bajo…

Pues nada más por hoy. Hasta mañana.

domingo, 9 de marzo de 2008

Cobrar una pensión

Domingo. Mañana, nuevamente a terapia ocupacional y al gimnasio. Tengo muchas ganas después del parón de tres días. Por fin hoy me han dicho que ya está operativo este blog en internet, ahora espero poder verlo ya pronto.

Hoy quiero comentaros que ya mi familia ha presentado los papeles para intentar cobrar una pensión de la Seguridad Social, y luego el tema de la Ley de Dependencia. La Seguridad Social puede tardar en contestar hasta 135 días o por silencio administrativo al cabo de esos 135 días, lo que quiere decir que si en los 135 días siguientes a la presentación de los papeles no contestan, quiere decir que está concedida. A quien se pregunte si son 135 días naturales o laborables, decirle que ahora mismo yo tampoco lo sé. Pero, fijaros, casi cinco meses para contestar, y eso suponiendo que no pidan algo “extra”. La burocracia es así.

Ya no escribo más por hoy. Espero hacerlo más mañana.

sábado, 8 de marzo de 2008

Internet

Parece que sí que estoy totalmente restablecido del segundo brote de gastroenteritis. Estoy deseando volver a tener acceso a internet para buscar toda la información posible sobre la esclerosis. También sobre las diferentes asociaciones de enfermos, y sobre todo si hay ensayos clínicos en marcha o posibles avances de laboratorios en estudios sobre posibles nuevos medicamentos. También, muy importante, mantener el contacto con otros enfermos, para cambio de impresiones en todos los aspectos pero, sobre todo, en cómo mejorar la calidad de vida.

Hoy hace un mes que estoy aquí, en este hospital. ¿Balance? Algo menos de dependencia, más fuerza en las piernas, más desenvoltura en la mano derecha y menos torpeza en la izquierda. Lógicamente quisiera que todo fuera más rápido, pero por desgracia no es así.

Ahora os voy a contar otra anécdota de aquí, del hospital. Hay un paciente que, aparte de falta de movilidad, tiene algún problema de salud mental. Ya que toda su obsesión es ir a su casa, preguntó por el metro o por el autobús. Pues, aquel día, alguien lo encontró a faltar en un momento determinado y lo empezaron a buscar por dos salas que hay y por otra que hace las veces de comedor. Al no encontrarlo ya pensaron que se podía haber metido en un ascensor e ir a otra de las plantas. Llamaron a los de seguridad para que lo buscaran, y había que oír al personal diciendo: “pero a dónde puede haber ido si encima está atado a la silla”. Estuvieron un buen rato sin encontrarlo y, al final, a alguien se le ocurrió mirar en unas salas que tiene el personal. Estaba dentro de una de ellas, con la puerta cerrada. Al menos estuvimos un rato distraídos con las idas y venidas del personal y oyendo sus comentarios.

Pues por hoy ya nada más.

viernes, 7 de marzo de 2008

Las comidas

Hoy he vuelto a tener problemas fisiológicos, aunque menores que los de la semana pasada, pero parece que ya ha pasado. Lógicamente no he ido ni a terapia ocupacional ni al gimnasio. Nuevamente me han puesto la dieta astringente.

Hablando de comida: me estoy acostumbrando a comer las patatas hervidas con aceite y sal. Ya sé que todo el mundo lo hace, pero yo sólo comía patatas hervidas si iban acompañadas de alioli. El aceite que ponen aquí va en envasado de plástico y es de oliva virgen extra, y la verdad es que es muy bueno.

No sé si ya lo he comentado alguna vez, pero aquí el pollo es “demasiado” habitual en el menú. Puestos a hablar de las comidas, en el hospital San Rafael es donde mejor comida ponían; luego, en el Vall d’Hebron y, por último, la “menos buena” aquí, donde estoy ahora, en el Parc Sanitari Pere Virgili.

Pues por hoy nada más, mañana sábado.

jueves, 6 de marzo de 2008

Desdén

Lo que dije ayer de la tregua, totalmente cierto. Hoy se han reanudado las “hostilidades”. No pienso pasar ni una “irritación” más. A la próxima, pienso pedir una hoja de reclamaciones y quejarme formalmente. Os cuento lo sucedido hoy: Las sillas de ruedas, lo mismo llevan los reposapiés que se sacan, también tienen reposabrazos que a su vez también se sacan, todo ello con el fin de depender lo menos posible de otras personas para pasar de la silla a otro sitio, cama, camilla, etc. Había que quitar el reposabrazos izquierdo para pasarme de la silla a la camilla donde hago parte de los ejercicios. Pues bien. Ella no podía, e incluso tiraba del reposabrazos con todas sus fuerzas, que no son pocas ya que está “fuerte” y desde luego la silla por la izquierda la levantaba. Al final, la fisio, viendo que su ayudante (la citada) no podía, llamó a un celador para que quitase el reposabrazos. Llegó el celador y en un plisplás sacó el reposabrazos: sólo había que sacar el seguro. Yo no voy a decir que todo el mundo que va en silla de ruedas sepa lo del seguro, pero casi y, desde luego, quien trabaja en esto sí debe saberlo, pero bueno…

Al acabar mis ejercicios en la camilla y sentarme nuevamente en la silla de ruedas, vino ella para ponerme el reposabrazos, y después de estarse un ratito “peleándose” con él, ya se incorporó. Yo tenía que aposentarme bien, por lo que me cogí a los reposabrazos para echar el cuerpo hacia atrás, y el izquierdo se salió. Dije: “El seguro no estaba puesto”, pero en un tono de voz normal y sin dirigirme a nadie. Enseguida se puso ella a decir en voz alta: “Todavía no lo había acabado de poner”. Por lo que volvió a colocar el reposabrazos. No oí el clic del seguro, por lo que le pregunté si ya lo había acabado de poner, y me dijo que sí. Me estiré para acomodarme en la silla, aunque con precaución, y hala… el reposabrazos otra vez fuera. Lo volvió a meter de muy mala gana y para ponerme los pies en los reposapiés estiró de las perneras de mis pantalones y así intentaba poner mis pies en su sitio. Lógicamente no podía, y de mala gana me los colocó ya con las manos. Acorto el relato. Cuando llegamos a las espalderas donde tenía que levantarme para aguantarme en ellas, se volvió a salir el reposabrazos. Lo que no soporto es el desdén con el que trataba de ponerme los pies en el reposapiés y sus miradas de menosprecio; tener esos desaires con personas que tienen estas enfermedades y minusvalías es lamentable para la condición humana.

Bueno, mañana seguiré escribiendo.

miércoles, 5 de marzo de 2008

¿Tacañería?

Hilvanando con el tema de ayer, hoy la citada persona estaba amable, demasiado diría yo. Más bien me suena a tregua, pero bueno, no prejuzguemos.

Ahora también voy a tocar un tema, digamos que “curioso”, y ojalá le llegue el comentario a algún responsable de la sanitat catalana. Cuando estuve ingresado en el hospital San Rafael (sanidad pública) me pautaron para tomar un antidepresivo a diario, y así cada mañana me lo daban. En el hospital Vall d’Hebron (sanidad pública), también cada mañana me lo daban. Pues hete aquí que cuando llegué aquí, al Parc Sanitari Pere Virgili (sanidad pública) sí que no me lo daban y, cuando pregunté, me dijeron que en la farmacia del hospital no lo tenían y que sí lo quería tomar lo tenía que traer yo. Por lo tanto, a ir al médico de cabecera para que haga la receta, ir a la farmacia, pagarlo y traerlo al hospital y, cuando hay que reponerlos, pues otra vez lo mismo. Veo un poco absurdo el que en dos hospitales lo suministren y en otro no. Yo, un poco inocente, me pregunto: ¿será que el visitador médico que lleva este hospital es un poco tacaño? Pero ya digo, soy un poco inocente.

Pues por hoy nada más.

martes, 4 de marzo de 2008

La desganada

Repuesto ya del todo, espero nuevamente volver a escribir cada día. Hoy, vuelta a la rutina de la terapia ocupacional y del gimnasio, aunque con un poco menos de fuerzas, dados los tres días de inactividad y lo pasado con la gastroenteritis.

Voy a comentaros ahora una “cosita” que me sucedió el viernes y que tiene relación con lo que me ha pasado hoy. El viernes había vuelto, después de una baja, una ayudante de los fisios, por lo tanto, ni yo la conocía a ella, ni ella a mí, ni lógicamente se había mirado mi informe para ver mi diagnóstico, aunque supongo que tampoco tienen obligación. Cuando acabó mi sesión en el gimnasio, y una vez yo ya sentado en la silla de ruedas, ella –sin agacharse–, puso con sus pies el reposapiés de mi silla, y luego –seguía sin agacharse–, pretendía seguir poniendo con sus pies mis pies en el reposapiés. Lógicamente, ello es casi imposible, dada la espasticidad (rigidez) de mis piernas. Viendo tanta “desgana” por su parte le dije: ¡No te agaches, no! en un tono de voz un poco elevado para que lo oyese la fisio, con lo que ella se acercó y entonces la otra, la “desganada”, sí se agachó y me puso los pies en el reposapiés con las manos.

No iba a contar lo que ahora “sí” acabo de contar, ya que un día malo lo tiene cualquiera, pero cuando ahora leáis lo que hoy me ha sucedido con la misma persona, entenderéis por qué ahora sí lo cuento. Esta mañana estaba echado en la camilla con un rodillo debajo de las rodillas, ya que había estado haciendo el ejercicio de elevar las piernas. Al terminar me levantan las piernas, ya que yo no puedo y, entonces, retiran el rodillo. Pues viene ella y me dice: “Levanta las piernas”, a lo que le contesto que no puedo levantarlas, y ella me dice: “Sí que puedes”. Desde luego, la cara de ella no era de estar bromeando. Le dije que si estaba en el gimnasio de un hospital era porque no puedo mover las piernas. Me dijo entonces que todo estaba en la mente y que seguro que si había más gente ayudándome sí levantaba las piernas. Ya no pude más y elevando otra día más la voz le solté: “¿Cree que estoy fingiendo?” Al ver que la gente miraba para nosotros se fue para un extremo del gimnasio y allí oí cómo le decía a alguien que había quien en alguna ocasión exageraba y no colaboraba para la recuperación.

Me parece cruel que una persona como esta, sin preocuparse por conocer lo que me pasa, haga esos comentarios. Bastante desgracia es padecer una minusvalía para que encima te insinúen todo eso. Supongo, y espero que sea así, que alguien le comente mi situación, tanto el diagnóstico como que hago los mayores esfuerzos posibles con la rehabilitación. Ya comentaré mañana si ha tenido lugar algún tipo de disculpas aunque, sinceramente, lo dudo.

Hasta mañana

lunes, 3 de marzo de 2008

Malito

Los observadores verán que no he escrito el domingo; estuve malito desde el resopón del sábado hasta esta madrugada pasada. Fue tomarme el zumo como cada noche y enseguida noté que me venía una descomposición. Llamé a las enfermeras y todavía no había terminado de decirle a la enfermera que me trajese la cuña que ¡hala! la gran descomposición. No voy a entrar en detalles, lógicamente, por lo escatológico del tema, pero sí decir que en lapso de 24 horas han sido ocho descargas muy potentes. Ahora estoy con dieta astringente y tomando suero oral. Parece que ya ha remitido, pero por si acaso, hoy y mañana no me dejan hacer actividades como ir al gimnasio. Dos días de descanso forzoso pero, lógicamente, la salud primero.

Hoy no estoy inspirado ni con ganas de escribir. Por lo tanto lo voy a dejar. Hasta mañana.

sábado, 1 de marzo de 2008

Pomada y respeto

Hoy empiezo bastante enojado por no emplear otra palabra más gruesa. Anoche, a las diez y media, a mi compañero de habitación le empezó a doler mucho el pene. Llamaron con el timbre y vino una auxiliar y le dijeron que si le podían poner una pomada anestésica que la noche anterior le habían puesto y le había calmado el dolor. Pues bien, la auxiliar “masculló” que “luego de repartir el resopón”. Hay que entender que mi compañero tiene 85 años y su pareja, que estaba aquí acompañándole por la noche, también es de edad avanzada, por lo que son prudentes y bueno, esperaron. A las once se le incrementó el dolor, por lo que volvieron a llamar con el timbre. Hasta las once y cuarto no aparecieron dos auxiliares, y para ver qué queríamos tomar en el resopón. Entonces les volvieron a pedir la pomada, y dijeron que primero tenían que repartir por todas las habitaciones lo del resopón, y ya no me pude aguantar. Les pregunté si era primero repartir los zumos que calmar el dolor de un paciente, y ellas, con la cantinela, que después del reparto. Total, que pasaron totalmente. Entonces le dije a la señora que fuese a buscar a la enfermera y le explicase lo que pasaba. Cuando al final la encontró y vino, resultó que las auxiliares no le habían explicado nada. Le puso la pomada a las once y media: una hora después de haberla pedido. El problema es que las auxiliares saben que difícilmente la gente mayor protesta, y que los familiares no van a pedir la hoja de reclamaciones.

Ahora os transcribo un párrafo de las “normas” para los pacientes y familiares que hay colgadas en todas las habitaciones:

Al personal que cuida de su salud se le ha de tratar con educación y respeto.

Y mi pregunta es: Si las dos auxiliares en este caso no han cuidado de la salud de este paciente, ¿cómo se las ha de tratar?

Cambio de tema. Ya me he cortado las uñas de la mano izquierda, no muy cómodamente, pero al final acabé. Dejo para mañana las de la mano derecha, que será la más difícil por el manejo de la tijera con la izquierda. Tengo aquí preparado ya un caminador, para mañana comenzar a practicar, a levantarme del sillón cogido a él.

Ahora por las tardes voy a procurar hacer más ejercicios en la habitación, para intentar fortalecer más músculos, eso siempre y cuando no esté muy cansado por los ejercicios de la mañana.

Pues por hoy sábado nada más, a esperar a la cena, luego unos crucigramas y a dormir. Hasta mañana.